viernes, 30 de abril de 2010

China desbanca Japón como primer fabricante de automóviles

Durante los años de posguerra y bajo la supervisión férrea de las tropas norte americanas, Japón, destruido y abatido por las bombas atómicas, supo renacer y pudo convertirse en apenas 20 años en una de las economías más potentes del mundo. Mucho tuvieron que ver en este resurgir los grandes conglomerados industriales o zaibatsu, que supieron redirigir las líneas estratégicas de producción que debía tomar el país. Se apostó rápidamente por sectores que pudieran proporcionar un gran valor añadido y a su vez el país se volcó a la exportación. En pocas décadas Japón se convertiría en uno de los principales productores de automóviles del mundo y marcas como Honda, Nissan, Suzuki o Mitsubishi empezarían a ser tan conocidas en nuestro país cómo la propia Seat, Renault, Ford etc. El país asiático mantuvo un importante pulso con Estados Unidos en el campo de las dos ruedas aunque parece que no tuvieron en cuenta a un tercero en discordia: China.

El país más poblado del mundo parece vivir aislado, fuera de los mercados económicos mundiales que están sufriendo la peor crisis que se recuerda en la historia contemporánea. No contenta con ser una de las únicas economías que sigue creciendo, a un ritmo de entre el 9 y el 11% anual, acaba de desbancar a Japón como primer fabricante de vehículos del mundo después de hacer lo propio con Estados Unidos el año anterior. Todo parece indicar que, al menos a corto plazo, van a seguir produciéndose crecimientos en China. La brutal demanda de automóviles en el país se ha visto multiplicada gracias a la favorable política fiscal de Pekín, que bonifica la compra de vehículos de menor tamaño. Todo esto a pesar de que los expertos prevén una subida de los tipos del 7,5 al 10% en automóviles de menos de 1,6 litros.


Los grandes fabricantes como Volkswagen, Nissan, Hyundai, General Motors o BMW no prevén que cambie la demanda en los próximos años, incluso con políticas fiscales menos agresivas. Es por eso que se plantean seriamente dar un fuerte impulso a su producción en el mercado chino. El primero pretende invertir 4.400 millones de euros en nuevas factorías y lanzamiento de modelos. Por su parte Nissan y la marca coreana Hyundai prefieren centrarse en incrementar su capacidad en el país asiático un 70 y un 50% respectivamente. Finalmente, General Motors incrementará sus ventas a través de sus alianzas a tres millones de unidades en 2015 desde los 1,8 millones actuales y BMW cuenta con aumentar un 33% sus matriculaciones.

Aún así, estos proyectos tienen sus riesgos y parece que algunos analistas ya pronostican una sobrecapacidad del mercado chino en los próximos años. Sea como sea parece que Japón también está sufriendo los estragos de esta crisis y serán las políticas del nuevo gobierno de Hatoyama las que determinaran la línea a seguir.

viernes, 23 de abril de 2010

El atún rojo

El artículo de hoy es más bien una curiosidad. La gastronomía es quizás uno de los aspectos que más atraen de la cultura japonesa. Concretamente el sushi, sin duda el plato más conocido y atrayente para los occidentales. Pero no voy a hablaros de este, ni de sus variantes sino que quería hacerme eco de un estudio reciente publicado por la revista científica Biology Letters.

Hace unas semanas comentaba la problemática existente alrededor del sushi y como Japón no estaba dispuesto a acatar la prohibición de caza del atún rojo (pieza más preciada por los restaurantes y gourmets de esta especialidad) surgida del Convenio sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestre. ¿Y para que toda esta presentación os preguntareis? Pues bien, y aquí viene el quid de la cuestión, los investigadores del instituto de Genómica Comparativa del Museo de Historia Natural y de la Universidad Rutgers (ambos en EE.UU.) han descubierto que el atún rojo contiene más cantidad de mercurio que otras especies como el atún claro. Este metal, ingerido en exceso y de forma prolongada podría llegar a causar ceguera.




La muestra del estudio analizó 100 piezas de sushi de restaurantes y supermercados de Nueva York, Nueva Jersey y Colorado (tres ciudades de EE.UU.) y los autores descubrieron que todas ellas presentaban niveles de mercurio superiores o cercanos al límite establecido por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Además, los ejemplares de atún rojo, de mayor calidad gastronómica, presentan cantidades más altas que los de atún claro, ofertado en los supermercados. Parece que el mercurio tiene tendencia a acumularse en los músculos y en los tejidos poco grasos, típicos del atún rojo. Asimismo, este pez come tres veces más que el claro, devido el elevado gasto energético que conlleva la regulación de su temperatura, algo que no necesita el atún claro al hallarse en aguas más cálidas.

Así pues ya conocéis una curiosidad más sobre el sushi y es que a veces, la buena calidad de los alimentos no va ligada a la salud.

Artículo sacado del periódico Público del 22 de abril

viernes, 16 de abril de 2010

Animales mitológicos: el kappa

El kappa

El kappa es un duende de los ríos, una criatura peluda con cuerpo de tortuga y patas recubiertas de escamas. La cabeza recuerda a la de un mono y en la parte superior de esta hay una cavidad que contiene un misterioso fluido del que se dice que la criatura extrae toda su fuerza. El entretenimiento favorito de estos seres consiste en desafiar a los humanos en combate, con la característica que el invitado a participar en la pelea no puede negarse. Aunque el kappa es fiero y pendenciero también es extremadamente educado. La persona que recibe su apremiante invitación saluda al duende con una reverencia y éste educadamente le devuelve la cortesía. El líquido de su cráneo es vital para el kappa, que se vería sustancialmente debilitado si en el transcurso de la pelea es derramado. Sin embargo, vencer a esta criatura trae casi tanta desgracia como ser vencido por ella. La gloria del vencedor es efímera, ya que pronto será consumido por el kappa, que tiene características vampíricas. Cuentan las leyendas que mientras la gente se baña en los lagos o en los ríos japoneses, el kappa les ataca y bebe de su sangre. Cuando los desafortunados bañistas salen del agua su piel está completamente blanca y, al poco tiempo, mueren consumidos a causa de una terrible enfermedad.

En la provincia de Izumo (país de dioses según la mitología y lugar del nacimiento de la sociedad nipona) la gente de las aldeas conoce al kappa por el nombre de kawako, "El niño de los ríos” y se cuentan algunas leyendas relacionadas con la extraña criatura.



La promesa de un kappa

Hace mucho tiempo vivía en el río Kawachi un kappa que asediaba y mataba tanto a los aldeanos como a sus animales domésticos. Una vez un caballo se acercó al río y el kappa se agarró a su cuello para atraparlo, pero el animal, horrorizado, salió del agua a toda velocidad y, con el kappa aún enganchado a su cuello huyó al galope hacia un prado cercano. Allí, el dueño del caballo y algunos vecinos más atraparon y ataron al “Niño del río”. “Matemos a esta horrible criatura – dijeron los campesinos -, pues es culpable de los más terribles crímenes. Lo mejor que podemos hacer es deshacernos de tan espantoso monstruo”. Pero el propietario del caballo rechazó la idea: “No le mataremos. Le obligaremos a prometer que nunca jamás hará daño a los habitantes ni a los animales domésticos de esta aldea”. Así que prepararon un documento que el kappa examinó concienzudamente y cuando le pidieron que lo firmara éste dijo: “No sé escribir pero mojaré la mano con tinta y marcaré el documento con ella”. Cuando la criatura hubo sellado el papel de este modo, fue liberada y pudo regresar al río. Desde entonces el kappa ha sido fiel a su promesa.

jueves, 15 de abril de 2010

Animales mitológicos: el tengu

En los próximos artículos me gustaría alejarme un poco de la realidad y hablaros de un par de seres de la mitología japonesa: el tengu y el kappa.

El tengu

Tal y como lo describe B. H. Chamberlain (Reino Unido 1850-1935), profesor de la Universidad Imperial de Tokyo entre 1886 y 1990,"el tengu es un tipo de duende o gnomo que habita las montañas y los bosques y disfruta haciendo travesuras. Son parecidos a los pájaros ya que, como estos, tiene alas, pico y, a veces, garras. En ocasiones, en lugar de pico, muestran una nariz humana desmesuradamente larga y la criatura en general tiene rasgos humanos. El único parecido con los pájaros radica en el abanico de plumas con el que alivian el calor. Sus ropas están confeccionadas con hojas y llevan un pequeño gorro en la cabeza".

Los tengu son considerados divinidades menores y supremos espadachines. Dice la mitología, que Minamoto Yoshitsune, hermano pequeño de Minamoto Yoritomo (el primer jefe militar de Japón durante el shogunato Kamakura) y uno de los grandes héroes del Japón Antiguo aprendió el arte de la espada del rey de los tengu.


Una curiosidad de estos seres mitológicos radica en los ideogramas con los que se escribe su nombre, 天狗 o "perro celestial", lo que puede llevar a confusión a más de uno ya que la criatura no guarda ningún parecido con este animal. Existen diversas tradiciones bastante confusas con respecto a la palabra tengu. Se dice que el emperador Jomei le dio este nombre a un meteoro “que cruzó el cielo de este a oeste produciendo una gran detonación”. Una tradición aún más antigua se refiere a los tengu como emanaciones de Susanô, hermano de Amaterasu; y otras leyendas los describen como demonios femeninos con cabeza de bestias, grandes orejas y narices tan largas que podían transportar varios hombres sentados sobre ellas y volar con su carga miles de kilómetros sin dar muestras de cansancio. Además, sus dientes eran tan fuertes que podían romper con ellos las hojas de las espadas y las puntas de las lanzas de sus enemigos. Siguen siendo seres presentes en el folklore japonés hoy en día y existe gran cantidad de objetos que los recuerdan a modo de souvenirs o máscaras.

Aún hoy algunas personas creen que los tengu habitan en determinados bosques y en montañas inaccesibles. Mayormente el tengu no es un ser maligno, posee un agudo sentido del humor y disfruta gastando bromas. Pero algunas veces secuestra seres humanos y, cuando finalmente los devuelve a sus hogares, estas personas regresan completamente dementes. Un hecho que se conoce por el nombre de tengu-kakushi o “escondido por un tengu”.

domingo, 11 de abril de 2010

Haruki Murakami

Hace ya un tiempo que quería darme una pequeña licencia y creo que ha llegado el momento. En el artículo de hoy hablaré de uno de los escritores que más me han marcado en los últimos años: Haruki Murakami.

El caso de este novelista japonés es un tanto peculiar. Antes de terminar sus estudios de literatura y teatro griego en la universidad de Waseda (Tokio) decidió abrir un club de jazz, Peter Cat, donde pudo dar rienda suelta a su gran afición por la música durante la década de los 70. Al llegar a casa, ya de madrugada, después de escuchar el blues de aquél cuarteto: trompeta, piano, saxofón y batería cogía su “pluma” y veía amanecer escribiendo historias en su cuaderno.

Muchos críticos hablan de Murakami como un escritor occidental nacido en Japón y es que desde su aparición, las letras niponas dieron un vuelco de 180º. Hasta entonces, clásicos como Yasunari Kawabata, Kenzaburo Oe, Yukio Mishima o Natsume Soseki, entre muchos otros, se caracterizaron por hacer una literatura muy cerrada, alejada en el tiempo (aún hablando de los años 60) y sin indicios de la modernidad que empezaba a experimentar el Japón de posguerra. Murakami, nacido después de la guerra encabezaría un grupo de autores con percepciones occidentales, deseosos de salir de Japón en busca de un público internacional.
Del mismo modo, Murakami marcó también un antes y un después en la recepción de la literatura japonesa en nuestro país. Concretamente, su obra más reconocida, Norwegian Wood en 1987 (Traducida Tokio Blues por una simple cuestión de marketing), vendió más de cuatro millones de ejemplares en su país de origen y en España abrió la puerta al desconocido, por aquél entonces, mundo literario japonés. Durante el siglo XX se habían traducido apenas 15 obras niponas al castellano en un ejercicio de riesgo por parte de los editores que no dio fruto alguno. Desde 1999 hasta la actualidad hay 30 títulos más en las estanterías de todas las librerías de nuestro país. Sin duda, Tokio Blues dio el pistoletazo de salida a la literatura nipona en un país, España, donde leer cualquier autor japonés ha dejado de ser un simple ejercicio esnob.


El impredecible y a su vez abrumador éxito de Norwegian Wood convirtió a Haruki Murakami en uno de los personajes más celebres y conocidos de Japón. Su carácter más bien tímido y retraído hizo de él una persona poco accesible para los medios. Decidió abandonar su país natal para vivir unos años entre Europa y América donde pudo retraerse un poco de la vorágine que se vivía a raíz de su novela. A su vuelta, apenas quiso conceder entrevistas, no se le veía por las calles de Tokio y terminaría por recluirse en su casa donde dedicaba la mayor parte de su tiempo a escribir.

Su estilo fantasioso, onírico, a veces hasta rozando la ciencia ficción encandiló al público desde un primer momento. Capaz de hablar sin tapujos de temas “tabú” dentro de la sociedad japonesa como el sexo o el suicidio, mezcla en sus obras el pesimismo y falta de entusiasmo de los personajes con un mensaje final, vital y esperanzador. Todo acompañado de referencias a sus grandes pasiones, la música y los licores, y citas a numerosos hechos históricos muestra de sus conocimientos en cultura general.



Muchas otras circunstancias favorecieron la eclosión de las letras japonesas en nuestro país: series animadas, el manga, las películas de directores como Hayao Miyazaki o Takeshi Kitano, el sushi... pero sin duda Haruki Murakami ha sido uno de los principales estandartes de la expansión cultural de Japón al resto del mundo.

Murakami tiene traducidas al castellano otras obras como: La caza del carnero salvaje, Crónicas del pájaro que da cuerda al mundo, Sputnik, mi amor, Al sur de la frontera al oeste del sol, Kafka en la orilla, After Dark, El fin del mundo y un despiadado país de las maravillas, Sauce ciego, mujer dormida y el último De qué hablo cuando hablo de correr.

sábado, 3 de abril de 2010

Kojiki: inicios de la literatura japonesa (2)

El Kojiki (registro de las cosas antiguas) es considerado una de las fuentes más importantes para entender el nacimiento y despertar del pueblo japonés. En sus líneas narra las tradiciones nacionales del país del sol naciente des de los primeros dioses creadores del archipiélago hasta el reinado de la emperatriz Suiko (593-628). En la obra recopilada por Ono Yasumaro encontramos mucha mitología y más bien poca parte histórica, a la vez que se mezclan poemas, canciones y leyendas. Así pues, podríamos considerar el Kojiki como la manifestación más antigua de la literatura mitológica japonesa. Una literatura existente en muchas otras civilizaciones y que es considera el texto fundacional de estas.

La obra se compone de tres libros o maki, que siguen una clara distinción tanto en su temática principal como en el valor que los identifica.

Primera Parte: la era de los Dioses. La mitología es la base de esta primera parte, donde la creación del cielo y la tierra, la formación del archipiélago japonés y los mitos sobre los dioses fundadores acaparan el protagonismo.

Segunda Parte: la era de los Héroes. A diferencia del primer libro, esta parte cuenta con un valor mucho más literario, incluso más histórico. Empieza en tiempos del considerado primer emperador Jimmu y abarca hasta el reinado del emperador Ôjin, que se extiende en el siglo V de nuestros tiempos. Un emperador del cual ya existen fuentes históricas.

Tercera Parte: la era de los Hombres. Esta última parte es la de más valor histórico de las tres y cubre los sucesos que van des del emperador Nintoku (313-399) hasta el reinado de la emperatriz Suiko (592-628).

Por tanto, nos encontramos ante un documento que entremezcla realidad y mitología y que, dejando a un lado aquellos relatos marcadamente mitológicos, hace preguntarse al lector cuanto de lo que lee se sustenta en la historiografía real japonesa y cuanto de ella es ficticia.