El sistema político japonés vive horas convulsas. Los últimos comicios a la Asamblea de Tokio pusieron fin a cuatro décadas de hegemonía del LDP en el órgano legislativo de la capital y han dejado muy tocado al partido del primer ministro, Taro Aso, que se ha visto obligado a adelantar las elecciones al Parlamento al próximo 30 de Agosto. Los bajos índices de popularidad del primer ministro combinados con la peor crisis económica después de la guerra hacen presagiar un cambio de roles en el marco político japonés.
Coincidiendo con los próximos comicios, he visto interesante escribir un artículo sobre las características de la Dieta Nacional o Kokkai, órgano legislativo del país nipón.
La Constitución de 1947 es explícita. El órgano legislativo por excelencia recae en manos de la Dieta, única institución encargada de redactar y promulgar leyes a través de las dos cameras clásicas del sistema parlamentario, Cámara Baja (Shugiin) y Cámara Alta (Sangiin).
El parlamentarismo japonés, fue construido en base al modelo Westminster inglés: una Cámara Alta (de nobles) con menor importancia que la Cámara Baja (de representantes) y con un órgano ejecutivo (el Gabinete o Gobierno) que a la práctica es más poderoso que la Dieta. Se trata de un sistema asimétrico en el cual, la Cámara Baja será quien prevalezca si 2/3 partes de la misma votan a favor de la aprobación o nulidad de una ley. Asimismo, esta supremacía se deja ver en otras cuestiones como en la elección del primer ministro, la aprobación de los presupuestos nacionales o la ratificación de tratados internacionales.
Las funciones del Parlamento quedaron recogidas en la Constitución del 1947:
- Elaborar leyes.
- Aprobación de los presupuestos nacionales.
- Ratificación de tratados internacionales.
- Iniciar proyectos de reforma constitucional.
- Escoger al Primer Ministro.
- Cesar al gobierno cuando sea necesario.
- Imputar a jueces.
- Establecer las propias disposiciones internas.
Hasta el día de hoy, y a expensas de lo que pueda pasar el próximo 30 de Agosto, el LDP cuenta con mayoría absoluta en el Parlamento, con 2/3 del mismo tal y como consiguió Junichiro Koizumi en las elecciones de 2005. No así en la Cámara Alta, donde el PD (Partido Demócratico) de Yukio Hatoyama es quién tiene el control.
El futuro político del país del sol naciente está a punto de vivir un cambio. Las elecciones del día 30 pueden terminar con el monopolio político del LDP después de más de 50 años y constituir un nuevo gobierno nunca visto hasta la fecha. Solo las urnas saben el resultado.