Entender los mecanismos que llevaron a Japón a convertise en la segunda potencia mundial después de la derrota en la guerra no es tarea fácil. Sin embargo, el conocido por muchos como "milagro japonés" no hubiera sido posible sin la existencia de un conjunto de peculiaridades dentro del sistema económico y social del país nipón. Las grandes corporaciones empresariales tuvieron un papel preponderante en el renacer económico del país y es por eso que me gustaría dedicar un par de artículos a su idiosincrasia. Además, he creído oportuno basar mi exposición a modo de comparación con Corea, país que siguió los pasos marcados por su vecino asiático y que a día de hoy, enero de 2010, y gracias a ello está a punto de superar a España dentro del ranking de economías mundiales.
En el caso de Japón encontramos los zaibatsu: conjunto de empresas controladas por un holding y dirigidas por las familias fundadoras siguiendo los principios confucianistas de jerarquía, lealtad y bien común. Estas estaban ligadas al gobierno japonés y a sus decisiones. Desaparecieron con la llegada de las tropas del general MacArthur al país después de la derrota en la guerra.
Durante la posguerra los zaibatsu renacieron bajo el nombre de keiretsu: uno de los objetivos principales de los americanos a su llegada al archipiélago después de la guerra, fue la de terminar con el entramado empresarial nipón, que según ellos había financiado la expansión del imperio durante las primeras décadas del siglo XX. No obstante, los años 60 y 70 verían crecer otra vez grandes núcleos corporativos, que empezaban a tener presencia en diversas ramas de la economía. Sucesores de los zaibatsu, los nuevos keiretsu estaban mucho más ligados a bancos y al sector financiero y no tanto al gobierno, aunque seguían manteniendo una estrecha relación con el MITI (Ministerio de Comercio e Industria).
En el caso de Corea aparecieron los cheabols: una mezcla surgida de elementos propios de los zaibatsu y de los keiretsu. Los cheabols, toman la forma de las organizaciones aparecidas después de la guerra en Japón y a su vez están controladas por las grandes familias. Un hecho que demuestra la importancia de las ideas confucianas en ambos países, donde el respeto por los superiores y la idea de familia se convierten en uno de los motores de la sociedad.
La aparición de un sistema empresarial basado en grandes holdings económicos fue uno de los puntos clave para el crecimiento de Japón y de Corea. Pensar antes en el bien común que en las necesidades individuales. De algún modo podríamos hacer referencia al concepto de “mano invisible de Adam Smith: ayudar al progreso de la nación al final repercutirá en una mejora de los intereses individuales. Para ello, el sistema de conglomerados empresariales consiguió mantener una estrecha relación con el sistema político y financiero, que a su vez “aconsejaba” (influía y a veces hasta ordenaba) aquello que era mejor para la economía en un determinado momento.
En el próximo artículo presentaré semejanzas y diferencias entre keiretsus y cheabols.
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