El país más poblado del mundo parece vivir aislado, fuera de los mercados económicos mundiales que están sufriendo la peor crisis que se recuerda en la historia contemporánea. No contenta con ser una de las únicas economías que sigue creciendo, a un ritmo de entre el 9 y el 11% anual, acaba de desbancar a Japón como primer fabricante de vehículos del mundo después de hacer lo propio con Estados Unidos el año anterior. Todo parece indicar que, al menos a corto plazo, van a seguir produciéndose crecimientos en China. La brutal demanda de automóviles en el país se ha visto multiplicada gracias a la favorable política fiscal de Pekín, que bonifica la compra de vehículos de menor tamaño. Todo esto a pesar de que los expertos prevén una subida de los tipos del 7,5 al 10% en automóviles de menos de 1,6 litros.
Los grandes fabricantes como Volkswagen, Nissan, Hyundai, General Motors o BMW no prevén que cambie la demanda en los próximos años, incluso con políticas fiscales menos agresivas. Es por eso que se plantean seriamente dar un fuerte impulso a su producción en el mercado chino. El primero pretende invertir 4.400 millones de euros en nuevas factorías y lanzamiento de modelos. Por su parte Nissan y la marca coreana Hyundai prefieren centrarse en incrementar su capacidad en el país asiático un 70 y un 50% respectivamente. Finalmente, General Motors incrementará sus ventas a través de sus alianzas a tres millones de unidades en 2015 desde los 1,8 millones actuales y BMW cuenta con aumentar un 33% sus matriculaciones.
Aún así, estos proyectos tienen sus riesgos y parece que algunos analistas ya pronostican una sobrecapacidad del mercado chino en los próximos años. Sea como sea parece que Japón también está sufriendo los estragos de esta crisis y serán las políticas del nuevo gobierno de Hatoyama las que determinaran la línea a seguir.