Cuanto más pequeño es un negocio, más probable es que practique la semana laboral de 48 horas. Siendo la base del la economía, las pequeñas empresas subcontratan la fabricación de piezas de las más grandes. La competencia es acérrima incluso en tiempos de recesión como los actuales: si una empresa no puede ajustarse a precios bajos y plazos cortos, siempre habrá otra que esté dispuesta a hacerlo. Muchos de estos negocios explotan a trabajadores extranjeros, en gran parte ilegales.
Parece que el sistema de trabajo de por vida empieza a declinar. Cambiar de trabajo sigue siendo algo poco común en Japón y en algunos casos mal visto por el sector empresarial. Aún así, muchos nipones comienzan a verlo como una oportunidad de mejorar en su vida laboral.
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