Han pasado ya más de dos años desde aquél fatídico 11 de marzo de 2011. Probablemente, el pueblo japonés nunca podrá olvidar el que, hasta día de hoy, es considerado como el peor desastre natural de su historia reciente. El terremoto y, sobretodo, el posterior tsunami que azotó varias de las prefecturas situadas al noreste del archipiélago dejaron a su paso decenas de miles de fallecidos y personas desaparecidas. Al mismo tiempo, la marea borró del mapa ciudades enteras en donde la gran mayoría de damnificados siguen, aún, confinados en barracones o viviendas artificiales. Poco después, la central de Fukushima se declaraba en fallo debido a la explosión de varios de sus reactores dando inicio a la peor crisis nuclear de la historia.
La mala gestión de la crisis precipitó la caída de los gobiernos de Naoto Kan y Yoshihiko Noda, ambos cabezas visibles del Partido Democrático de Japón, dando una segunda oportunidad al liberal demócrata Shinzo Abe. El déficit energético del país ha llevado al actual Primer Ministro a reabrir el debate de las nucleares en contra de gran parte de la opinión pública que se manifestó durante meses a favor del cierre de la totalidad de las mismas y por una decidida apuesta por las energías renovables.
Un debate que forma parte de la agenda política de Shinzo Abe y que ayer se vio sacudida por unas impactantes declaraciones por parte de Tokyo Electric Power (TEPCO), compañía encargada de gestionar la central nuclear de Fukushima, donde admitía, por primera vez, que gran parte del agua contaminada procedente de los reactores dañados se está vertiendo directamente al océano.
"Creemos que el agua contaminada fluye hacia el mar", afirma la fuente de TEPCO. Y al mismo tiempo asegura: "Las muestras recogidas de agua de mar no muestran ningún tipo de incremento en los niveles de radiactividad". Posteriormente, en una conferencia en Tokyo, otro miembro de la compañía pedía disculpas: "Pedimos sinceras disculpas por preocupar a tantísimas personas, especialmente a la gente de Fukushima". La compañía eléctrica que sobrevive, principalmente, a través de fondos públicos asegura que está realizando todos los esfuerzos posibles a la hora de reducir la cantidad de agua subterránea solidificando tierra de la orilla.
"Es escandaloso. Estas declaraciones de TEPCO se contradicen totalmente con las emitidas en el pasado" afirmaba para la televisión pública japonesa NHK, Tetsu Nozaki, encargado de las Asociaciones Cooperativistas de Pesca de la prefectura de Fukushima.
Al mismo tiempo, expertos en medio ambiente afirman que la fuga radiactiva puede afectar a la flora y fauna marina y,`posteriormente, a aquellas personas que consuman especies contaminadas. La pesca alrededor de Fukushima ha sido vetada y el gobierno nipón ha prohibido el comercio de carne de vacuno, leche, setas y verduras procedentes de la zona.
Noticia extraída de Japan Times en su edición digital del 23 de julio de 2013