Bajo el lema “Game, it’s so energetic!" durante cuatro días, del 24 al 27 de septiembre, se celebra la edición de este año del Tokyo Game Show en Makuhari Messe, cerca de la ciudad de Chiba al este de la capital nipona.
Los primeros dos días estuvieron destinados a los medios de comunicación y a miembros de la industria de los videojuegos, mientras que 26 y 27 será el público en general quien pueda disfrutar de la gran cantidad de títulos que se presentan este año: 180 exhibidores (88 japoneses y 92 de otros diecisiete países entre los que se encontraba España) mostraron un total de 758 juegos repartidos en ocho inmensos espacios o halls.
Como viene siendo habitual, muchas compañías presentaban enormes stands con chicas disfrazadas de algunos de los juegos más importantes. Así, se podía jugar al nuevo Lost Planet 2 de Capcom en un ambiente inspirado en la jungla, con plantas y raíces trepando por las estructuras metálicas; o bien disfrutar del título de samuráis Sengoku Basara 3 para Wii rodeado de armaduras de los antiguos guerreros del Japón medieval.
La parte central de los 54.000 metros cuadrados del recinto estaba ocupada por las grandes compañías: Sega, Namco, Konami, Square-Enix, Koei Tecmo, Microsoft y Sony se disputaban el honor de conseguir ser el espacio más visitado utilizando armas como el panfletismo o la sonrisa de las bellas azafatas niponas.
Cada una de las compañías (la inmensa mayoría de ellas niponas) daba la posibilidad de jugar a sus títulos estrella acompañados, muchas veces, por pantallas inmensas que anunciaban los próximos lanzamientos y que dejaban estupefactos a las decenas de curiosos que se acercaban:
Square-Enix, con otra entrega de Final Fantasy para la consola de Sony se convirtió en el exhibidor más visitado y la espera para ponerse a los mandos de una PS3 superaba los 45 minutos. Sega presentaba su nuevo RPG End of Eternity para PS3 y Xbox360 y el proyecto de Hideo Kamiya, Bayonetta. Konami tenía como principal reclamo el nuevo Pro Evolution Soccer y una nueva aventura de Solid Snake para la PSP. Namco Bandai ocupó la mayor parte de su espacio con Tekken 6. Koei Tecmo cedió todo el protagonismo a Ninja Gaiden Sigma 2 para PS3. Por último, en las zonas de Sony y de Microsoft se podía jugar a todos los títulos que presentaban las third parties (muchos de ellos compartidos) junto a unas pocas exclusivas cómo Final Fantasy XIII y God of War 3 del lado de Sony (en el caso de Final Fantasy, la exclusiva es solo temporal) y Halo 3 ODST y Forza Motorsport 3 por parte de la compañía americana.
Por otro lado, NDS y PSP contaron también con una gran presencia en el salón con Final Fantasy Gaiden o la larga lista de títulos de Level 5 para la pequeña de Nintendo; y juegos como Phantasy Star Portable 2, God Eater o Kingdom Hearts Birth By Sleep para PSP.
Finalmente, en los halls 7 y 8 podía encontrarse material relacionado con los diferentes juegos como camisetas, figuritas de los protagonistas e incluso joyería con anillos colgantes o pendientes. Además, contaba con una zona de improvisados restaurantes que servían comida a los asistentes a un precio razonable.
Finalmente, en los halls 7 y 8 podía encontrarse material relacionado con los diferentes juegos como camisetas, figuritas de los protagonistas e incluso joyería con anillos colgantes o pendientes. Además, contaba con una zona de improvisados restaurantes que servían comida a los asistentes a un precio razonable.
Dando una vuelta por el recinto, la sensación era la de encontrarse en un evento de marcado corte japonés, una feria hecha a su medida. Juegos sociales con chicas de series anime como protagonistas, gran cantidad de títulos de robots, un stand (el de Okamiden para NDS) donde una gran tori roja (puerta situada en la entrada de los templos sintoístas japoneses) daba la bienvenida a los jugadores o la cabeza gigante de un Gundam que hacía las delicias del público local, eran algunos ejemplos.
Capítulo aparte merecen las azafatas, que después de los juegos se convirtieron en las grandes protagonistas. Cada compañía contaba con su séquito de bellezas para usar de gancho y estas posaban de forma sexy para que los espectadores pudieran satisfacer sus "dotes" de fotógrafos. Siempre con una sonrisa en la boca, acompañaban a los curiosos delante de las pantallas y sin apenas pronunciar una palabra en inglés intentaban explicar al extraño los controles del juego en cuestión.
Sin duda, esta ha sido una nueva edición del Tokyo Game Show que volverá a recordarse por la ausencia de Nintendo, que sigue sin apostar por el certamen tokiota y en su lugar prefiere centrarse en otro evento que tendrá lugar en breve en Kyoto (donde tiene la sede central) y, porque una vez más, un Final Fantasy se convierte en la estrella indiscutible.
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