Para entender mejor la organización económica de la Yakuza (ヤクザ) es necesario hacer una breve introducción a sus inicios, a su historia y su trayectoria a lo largo de los años. Japón, a pesar de ser considerado uno de los países más seguros del mundo, también cuenta dentro de sus redes económicas con una de las bandas criminales más antiguas y con mayor poder. La Yakuza es sin lugar a dudas la organización que cuenta con un mayor número de miembros, se calcula que unos 86.500, y a diferencia de las demás sus integrantes lucen con orgullo sus tatuajes distintivos y no se esconden de formar parte de una de estas bandas del crimen organizado japonés.
Es conocido que el grupo de la Yakuza se formó y comenzó a operar durante el período Edo (1603-1865-68), cuando muchos samuráis, al no ser realmente necesarios para su daimyo (señor feudal), fueron expulsados y obligados a ganarse la vida de forma distinta. Estos samuráis sin hogar ni familia fueron conocidos con el nombre de ronins. La mayoría de ellos dedicaban su tiempo a llevar a cabo encargos sucios, de dudosa legalidad, para gente de reputado prestigio social a cambio de unas pocas monedas con las que poder comprar alimentos o refugiarse en alguna casa de té. Otros sin embargo, se dedicaron a ser maleantes. Con el tiempo, empezaron a organizarse bandas de ronins que dominaban el monopolio de la seguridad en pequeños poblados. A cambio, pedían a sus aldeanos comida y alojamiento, pero no tardaron en comenzar a extorsionar y a pedir más y más. La división entre bandas rivales de ronins originó la aparición de disputas y peleas por un mismo territorio. De esta forma aparecieron los primeros grupos de criminales organizados que empezaron a operar de forma muy parecida a los Yakuza actuales.
Si analizamos el término Yakuza desde un punto de vista semántico podemos convenir que, aunque en sí mismo es impreciso, surgió a finales del siglo XIX. Era comúnmente utilizado para referirse a dos grupos distintos de ronins, los bakutos (jugadores) y los tekiya (vendedores ambulantes). Estos se dedicaban a montar y organizar negocios de apuestas y juego ilegal. La derivación de la palabra proviene de los términos ya (ocho), ku (nueve) y sa (tres), que hacían la peor mano posible en un tradicional juego de cartas, surgido dentro del grupo de los bakuto. Para poder ganar la partida cuando tenías en tu mano YA, KU, ZA debías ser realmente hábil ya que no dependías de la suerte sino de ti mismo.
En el próximo artículo ahondaré un poco más en la historia reciente de la organización hasta llegar a nuestros días. Un saludo.
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