El seísmo en cuestión, de 6 grados en la escala de Richter, tuvo lugar durante la madrugada del viernes, según informó la agencia de meteorología japonesa. El epicentro se ubicó frente la prefectura de Fukushima, a unos 50 kilómetros de profundidad.
Fuentes de la emisora de televisión NHK apuntan que tan sólo hubo que lamentar un herido leve, sin registrar mayores daños materiales en mobiliario urbano o en la misma central nuclear. Tampoco se emitió ninguna advertencia de un posible tsunami.
Pasan los días, las semanas, los meses y parece que el fin del problema nuclear aún está lejos. Por todos es conocida la tranquilidad y la diligencia del pueblo japonés, que de buen seguro resurgirá cual ave fénix. Esperemos que sea pronto y podamos volver a hablar del país del sol naciente.
Noticia extraída del la web del La Vanguardia del 10 de agosto de 2011
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