El grupo, en este caso, lo forman los millones de personas que se verían expuestas a la radiación en caso de un colapso total de Fukushima Daiichi, y los sacrificados son 180 técnicos que hacen todo lo que pueden para refrigerar los reactores de la central. Forman la primera línea de defensa y han estado expuestos a radiaciones que pueden ser fatales para su salud.
Tepco, propietaria de la central, no ha revelado sus nombres ni sus condiciones de trabajo, ni cuántos minutos pueden estar expuestos a la radiación. Tampoco se sabe si estos operarios son voluntarios, aunque podemos suponer que sí. Es común en las centrales nucleares que los equipos de mantenimiento funcionen con una camaradería propia de un cuerpo de bomberos o una unidad militar de élite
Noticia aparecida en La Vanguardia del 17 de marzo de 2011.