El pasado día 3 de marzo tuvo lugar una de las festividades tradicionales de Japón: el Hina matsuri (también llamado día de las niñas). Dentro de los hogares nipones las familias despliegan una gran colección de muñecas (ningyo) que representan a los miembros de una antigua corte imperial. Dichas muñecas, que no son juguetes sino reliquias familiares, suelen estar exquisitamente ataviadas y trabajadas. Dependiendo del nivel adquisitivo de la familia el altar de las muñecas estará más o menos repleto.
Y no, los niños no podían quedarse sin su festividad. El Kodomo no hi (festival de los niños) se celebra el día 5 de mayo y es el equivalente masculino al Hina matsuri. En este caso son guerreros samuráis ataviados con armaduras los que adornan los estantes de las casas japonesas. En las casas donde hay niños también se izan estandartes en forma de carpa (koinobori), con la esperanza de que los niños crezcan fuertes y saludables como las carpas, símbolo de fortaleza y hombría.
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