Durante esta época se produjeron varios acontecimientos relacionados con la guerra y el militarismo japonés. Por un lado, las distintas batallas aportaron gran riqueza a las arcas del gobierno nipón que, en cada una de ellas, necesitó producir más y más material bélico para después venderlo. Por otro, el ejercicio de absorción y aprendizaje fue una constante. En un primer momento, los conocimientos fueron incorporados desde el extranjero e iban dirigidos a las élites burocráticas pero a medida que se empezaron a incorporar las empresas privadas en el proceso de militarización la información empezó a circular del gobierno japonés hacia las mismas empresas.
La guerra generó a su vez una gran demanda interna de todo tipo de materiales necesarios para la producción bélica. En este sentido, fue la marina quién más inquirió en la utilización de materias primas como el acero o el hierro. En cierto modo, algunos autores atribuyeron a la guerra altos índices de inflación en la economía nipona debido a esta gran demanda. Otros, al contrario, verán el periodo de militarización como un punto clave en la asimilación de conocimientos y tecnologías occidentales que los japoneses supieron adaptar para empezar a construir una economía potente.
La creación de los zaibatsu jugó un papel preponderante durante la Primera Guerra Mundial. Estos fueron capaces de apostar fuerte en el momento de absorber tecnología foránea, al mismo tiempo que supieron aplicarla a través de las diferentes empresas, redujeron costes y se expusieron a los riesgos que todo ello comportaba para el crecimiento del pueblo japonés. El Gobierno meiji también tuvo un papel importante en todo este proceso, ya que dio facilidades y ayudas a todas las empresas privadas que quisieran formar parte de la expansión del país, a la vez que tomaba las decisiones necesarias para llevar a Japón hacia ese objetivo.
Para Kazo Yamamura, las guerras no fueron nada más que una “ayuda” al proceso de industrialización del país ya que permitieron acelerar todo el sistema de transmisión de conocimientos occidentales hacia Japón. Justificar el pasado militarista como un paso necesario hacia la modernidad es una afirmación un tanto presuntuosa y es que ningún historiador/a sería capaz de afirmar que la esclavitud tuvo características positivas o beneficiosas para la historia de las sociedades. Si es verdad que las guerras ayudaron a Japón a situarse dentro de la esfera internacional pero, en ningún caso, se puede considerar el afán belicista como la única de las causas de este cambio dentro de la economía nipona. Las guerras fueron un incentivo, pero las reformas iniciadas antes de la Restauración Meiji ya iban dirigidas a terminar con el periodo de ostracismo de la época medieval. La necesidad de incorporar tecnología y nuevos conocimientos ya era un tema primordial para los intelectuales mucho antes de finales del siglo XIX. Japón sin las guerras hubiera terminado modernizándose de todas formas, quizás más tarde, pero dentro del ADN de los nuevos políticos ya existía la voluntad de convertir al país en un actor importante dentro del contexto internacional.
Artículos realizados a patir de los escritos de Kozu Yamamura, The Role of Meiji Militarism in Japan's Technological Progress. 1977.
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