viernes, 23 de diciembre de 2011

Final de clases en la universidad

Y llegó la última clase del año para mí y los alumnos de segundo del grado de Estudios de Asia Oriental . Desde finales de setiembre, exceptuando el mes de noviembre que tuve que acudir al curso de Español como Lengua Extranjera, he impartido clases de japonés en la Universidad Autònoma de Barcelona. Junto a mi antigua profesora de literatura nipona, Shigeko Suzuki, he podido aprender y coger tablas dentro del mundo de la enseñanza de idiomas extranjeros y, durante este último mes de diciembre, he puesto en práctica todo lo aprendido en el curso de ELE.

Ayer la clase se convirtió en un desayuno de despedida. Mientras que los alumnos españoles se encargaron de traer comida típica navideña; turrón, barquillos, polvorones, galletas y otros muchos dulces característicos de estas fechas, los estudiantes japoneses de intercambio (que ayudan en la clase) cocinaron recetas niponas. Así, los makis, los oniguiri y las “tortillas” okonomiyaki se convirtieron en los protagonistas del desayuno navideño.

El momento cumbre del coloquio llegó con el caga tió. Una tradición catalana que sustituye al importado Papa Noel. El tió consiste en un tronco al que se le coloca normalmente una barretina (gorro típico catalán y común en los países mediterráneos desde tiempos antiguos) y a veces se le pone incluso cara. La tradición dice que si días antes del día Navidad alimentamos el tió con fruta, embutido y dulces navideños éste “cagará” muchos regalos. Para que esto suceda el dia 25 de diciembre, normalmente los niños, golpean al tió con palos mientras cantan una canción tradicional catalana.

La sorpresa de los estudiantes a tal tradición fue mayúscula y más cuando vieron aparecer los regalos. Un fin de curso distendido, con risas y buen ambiente que deja paso a las vacaciones de Navidad.

viernes, 16 de diciembre de 2011

Buenas noticias desde Fukushima

Nueve meses después del fatídico 11 de marzo empiezan a llegar buenas noticias desde Japón. Los esfuerzos del gobierno japonés para controlar las fugas radioactivas de la central nuclear de Fukushima Daiichi empiezan a dar sus frutos.

El ejecutivo nipón ha confirmado en un comunicado que los reactores dañados por el tsunami han alcanzado la llamada “parada fría”, es decir, que se mantienen de forma estable por debajo de 100 grados centígrados.

En los próximos días está previsto que el primer ministro, Yoshihiko Noda, haga un anuncio formal al respecto.

Noticia extraída del la web del La Vanguardia del 16 de diciembre de 2011

sábado, 10 de diciembre de 2011

Con el frío apetece sopa

La situación geográfica del archipiélago japonés hace prever año tras año inviernos duros con temperaturas realmente bajas en la zona centro y norte del país. Y con la llegada del frío empieza la temporada de caldos, sopas y pucheros calientes para los japoneses. La dieta nipona cuenta con gran cantidad de recetas pensadas para hacer más llevadera esta época. Sin duda la más conocida es la sopa de miso. En la actualidad se trata de un plato que se incluye en la mayoría de comidas diarias a modo de acompañamiento.

Hoy os presento una variante de este tradicional caldo: sopa de miso con vegetales o también llamada satsumajiru.

El miso (pasta aromatizante fermentada, hecha con semillas de soja y/o cereales y sal marina) da vida a esta sencilla receta de sopa, cuyo único secreto radica en ajustar los tiempos de cocción de cada hortaliza. Se trata de un plato muy nutritivo y equilibrado, utilizado frecuentemente, junto con el arroz, para un buen desayuno.

Para elaborar el satsumajiru emplearemos verduras y hortalizas tales como la zanahoria, la cebolleta o espárragos así como setas (shiitake), bambú y pimienta negra a modo de condimento.

Preparando satsumajiru:

1-Poner al fuego una olla con un litro de agua. Cuando rompa el hervor, retirar 125 mililitros para disolver el miso. Incorporarlo de nuevo a la olla, bajar el fuego al mínimo y mantener la cocción durante unos minutos.

2-Añadir los brotes de bambú, cortados en juliana, y dejar cocer otros dos minutos antes de agregar la zanahoria –cortada en juliana- , las setas –cortadas en láminas- y las yemas de espárrago. Mantener el hervor durante dos minutos.

3-Unir la cebolla –cortada en diagonal- en rodajas muy finas. Aderezar con una pizca de pimienta recién molida, ajustar el punto de sal y servir inmediatamente.

Las temporadas de la huerta marcan el desarrollo de esta receta, que admite tantas variantes como se quiera y permite plantearla con más o menos ingredientes de los que se incluyen en la receta. Por ejemplo, sustituyendo las yemas de espárragos por judías verdes cortadas en juliana. Dependiendo de la época podemos incluir guisantes, cardo, ramitas de coliflor y un largo etc.

Que aproveche!

domingo, 6 de noviembre de 2011

Un nuevo reto

Poco a poco voy acomodándome a mi nueva faceta de docente. Hace ya más de un mes que empecé con las clases de japonés en la universidad, un período que ha servido para demostrar mis facultades en el terreno de la enseñanza. Para seguir con buen pie esta nueva andadura, mañana comienzo un curso que me permitirá obtener el título de profesor de español para extranjeros (también llamado ELE).

Durante un mes, recibiré clases en una academia donde me formarán en aspectos diversos: gramática, técnicas docentes para poder llevar una clase, materiales de ayuda para las sesiones, trato con el alumnado y un largo etc.

Al término de este curso intensivo obtendré un certificado con el que poder entrar a trabajar en cualquier asociación donde se enseñe el idioma de cervantes.

Mis objetivos siguen estando puestos en Japón, donde espero aterrizar nuevamente con los recursos y las aptitudes necesarias para iniciar una futura aventura profesional.

jueves, 20 de octubre de 2011

La laca japonesa

Japón cuenta con una larga tradición en el terreno de las artes plásticas y la artesanía. Hace poco publiqué un artículo sobre la cerámica nipona y hoy es el turno de la laca.

Común en todo el Extremo Oriente, la laca se asocia principalmente con Japón. Aquí, la nuri (laca) o los urushi-mono (objetos lacados) siguen gozando del favor popular desde el período de máximo esplendor de este arte, entre finales del siglo XVII y principios del XIX.

Las tansu (cómodas), con cajones de varios tipos y usos, las cajas de té, peines y ornamentos del cabello, cuencos de madera, tazas de sake y bento-bako (fiambreras) ceremoniales, siguen siendo fabricados por los artesanos actuales, principalmente en Ishikawa, el valle de Kiso y Okinawa.

El auténtico urushi-mono requiere un proceso muy concienzudo, con la aplicación de tres capas de laca, por lo que su producción es muy cara; hoy abundan las imitaciones de plástico, sobre todo vajillas. A menudo estos objetos de laca llevan pan de oro y nácar, así como diseños pintados; el conjunto queda realzado por un acabado brillante.

Los colores más comunes usados en los objetos lacados fueron el negro, el rojo y el verde, junto con el más escaso maki-e (lacado con plata y pan de oro), aunque hoy se usa una gama cromática mucho más amplía.

En la actualidad el urushi-mono es uno de los suvenir más demandados en el país del sol naciente.