jueves, 20 de octubre de 2011

La laca japonesa

Japón cuenta con una larga tradición en el terreno de las artes plásticas y la artesanía. Hace poco publiqué un artículo sobre la cerámica nipona y hoy es el turno de la laca.

Común en todo el Extremo Oriente, la laca se asocia principalmente con Japón. Aquí, la nuri (laca) o los urushi-mono (objetos lacados) siguen gozando del favor popular desde el período de máximo esplendor de este arte, entre finales del siglo XVII y principios del XIX.

Las tansu (cómodas), con cajones de varios tipos y usos, las cajas de té, peines y ornamentos del cabello, cuencos de madera, tazas de sake y bento-bako (fiambreras) ceremoniales, siguen siendo fabricados por los artesanos actuales, principalmente en Ishikawa, el valle de Kiso y Okinawa.

El auténtico urushi-mono requiere un proceso muy concienzudo, con la aplicación de tres capas de laca, por lo que su producción es muy cara; hoy abundan las imitaciones de plástico, sobre todo vajillas. A menudo estos objetos de laca llevan pan de oro y nácar, así como diseños pintados; el conjunto queda realzado por un acabado brillante.

Los colores más comunes usados en los objetos lacados fueron el negro, el rojo y el verde, junto con el más escaso maki-e (lacado con plata y pan de oro), aunque hoy se usa una gama cromática mucho más amplía.

En la actualidad el urushi-mono es uno de los suvenir más demandados en el país del sol naciente.

miércoles, 19 de octubre de 2011

Una lección del dios Inari

En el artículo de hoy presento una nueva historia en la que reaparece de forma sutil el dios Inari. Sus artimañas vuelven a hacer acto de presencia.

Raiko era un hombre muy rico que vivía en una importante aldea pero, a pesar de su dinero, que siempre llevaba consigo en su obi (fajín), era tremendamente tacaño. A medida que envejecía, su tacañería aumentaba hasta el punto de que, cierto día, pensó en despedir a los sirvientes que tan fielmente le habían atendido.

Pero un buen día Raiko cayó gravemente enfermo aquejado de unas terribles fiebres. Durante la décima noche de su convalescencia, un bonzo (sacerdote) se apareció a los pies de su cama, le preguntó cómo estaba y le dijo que desde hacía mucho tiempo tenía la esperanza que un oni (demonio) se lo llevara.

La falta de delicadeza del bonzo ofendió a Raiko, tanto que exigió al monje que se saliera de su casa. Pero éste, en lugar de irse, le advirtió que tenía el remedio para su enfermedad. El único modo de recobrar su salud era desabrochar el obi y distribuir su dinero entre los pobres.

Raiko se enfadó aún más por la actitud impertinente del monje. Sacó una daga de entre sus ropas e intentó matar al sacerdote que, sin el menor temor, le informó de que sabía de su intención de despedir a los sirvientes y que por las noches venía para consumir su energía vital. "Ahora –dijo el bonzo- he logrado mi objetivo". Y, tras pronunciar estas palabras, apagó la vela.

Raikko, aterrado, sentía que una criatura fantasmal avanzaba hacia él. El anciano blandió a ciegas su daga y causó tal estruendo que sus sirvientes entraron en sus aposentos con linternas. La luz desveló la presencia de una aterradora garra clavada a un lado del colchón del anciano.

Los sirvientes siguieron un pequeño reguero de sangre y llegaron hasta un montículo en el jardín dentro del cual descubrieron un agujero. Allí, en el fondo, vieron una enorme araña que les suplicó que convencieran a su amo de que dejara de ofender a los dioses con su avaricia.

Cuando Raiko escucho las palabras de sus criados se arrepintió y entregó grandes sumas de dinero a los pobres. Inari había adoptado la forma de una araña y la del sacerdote para dar al viejo una lección.

Historia sacada de Mitos y Leyendas de Japón de F. Hadland David

viernes, 14 de octubre de 2011

Obsesión por los gérmenes

Japón es, sin duda, uno de los países más limpios del planeta. Sus calles están impolutas, apenas se ven papeles en el suelo, la basura es clasificada y cantidad de operarios se encargan de barrer todos los días. No es de extrañar que el concepto de limpieza y de lo pulcro se traslade a la vida diaria de los nipones.

Es proverbial la preocupación de los japoneses por la limpieza: en casa no se puede entrar calzado, quienes padecen un resfriado llevan mascarilla quirúrgica y los camareros se lavan las manos con desinfectante. El cambio no se acostumbra a entregar en mano, sino en pequeñas bandejas, y no se tolera ningún olor corporal.

Es obsesión puede alcanzar cuotas inauditas con la reciente introducción de una serie de productos que van desde la ropa interior desodorante hasta el lápiz de labios contra el mal aliento. Una famosa empresa de cosmética consiguió hará algún tiempo aislar el noneal, una sustancia que parece ser la causante del olor corporal de las personas de edad. Así, una línea de champús, lociones y desodorantes inhibe la aparición de ácidos grasos en la piel que generan el noneal. Los hombres mayores constituyen, al parecer, el target principal del producto.

Etiquette Water es una bebida a base de enzimas frutales y de minerales que promete acabar con el mal aliento y el olor de las axilas; además, los lápices de labios Lip Lip Urra para el mercado japonés contienen ácido cítrico que, al parecer, neutraliza los compuestos que generan el mal aliento.

Por otro lado, se comercializa también una original línea de camisetas fabricadas con fibras desodorantes, que eliminan los malos olores al exponerlas a los rayos del sol y su efecto no desaparece con el lavado.

Si la limpieza dicen que es un atributo divino, los japoneses están más cerca que nadie del cielo.

jueves, 13 de octubre de 2011

Cambio de rutina

Mi nueva faceta me tiene absorbido. Hace dos semanas que no actualizo el blog debido, en gran parte, a las horas que dedico a la enseñanza del japonés en la universidad.

Sin quererlo me he metido de lleno en un un mundo y en una dinámica totalmente nueva para mi pero que, de forma extraña, empieza a gustarme. Los nervios han quedado atrás y han dejado paso a la complicidad con mis alumnos. Las clases son distendidas, se genera debate y existe el buen ambiente.

Mis tareas dentro del aula consisten en explicar la gramática perteneciente a cada lección, así como contestar dudas durante los ejercicios escritos y llevar la voz cantante durante su corrección. Corregir y preparar exámenes también forman parte de mis tareas fuera del horario lectivo.

En la clase, además, participan estudiantes japoneses de intercambio que ayudan a los alumnos a entender conceptos gramaticales y, a su vez, permiten generan conversaciones tanto en español como en japonés.

単語 (vocabulario)文法 (gramática)漢字 (kanji), 試験 (examen) son algunas palabras que se han incorporado de golpe a mi diccionario particular.

De ahora en adelante y, una vez inmerso en mi nueva rutina, espero seguir publicando de forma periódica mis artículos en el blog.