viernes, 31 de julio de 2009

Japón es el enemigo (2)

Con Hitler fuera de combate, las potencias aliadas se reunieron el 17 de Julio en Potsdam, Alemania, para decidir el futuro de la contienda mundial. En esta última conferencia, Truman substituía al fallecido Roosevelt como presidente de los Estados Unidos y se empezaba a hablar seriamente de un sistema bipolar. El sistema capitalista, con los americanos al frente, y el bloque comunista con la URSS como abanderada. Pero, aún con las diferencias que empezaban a surgir, si una cosa tenían clara los presentes en la reunión era que Japón debía ser derrotado. De Potsdam salieron una serie de consideraciones referentes al inminente ataque al país nipón:


- Hacer una purga de los responsables políticos del imperio japonés.
- Ocupar el país durante unos años.
- Limitar la soberanía de Japón.
- Desmilitarización total.
- Empezar una reforma política e instaurar un sistema democrático.
- Desmantelar los grandes conglomerados económicos (
zaibatsu)


Las cartas estaban echadas y el desenlace, fatal para Japón ya se había decidido. El 6 de Agosto se lanzaba la primera bomba atómica sobre población civil en Hiroshima. Murieron alrededor de unas 100.000 personas pero aún así el gobierno nipón decidió no rendirse. Dos días después, y tal y como ya había anunciado, la URSS declaraba la guerra a Japón e invadía el Manchukuo. El 9 de Agosto, la segunda de las bombas atómicas caía en suelo japonés causando la muerte a 80.000 nipones. En esta ocasión, la damnificada fue la isla de Nagasaki, que en la época de cierre del país, durante el período Edo, se había dejado abierta al comercio con los holandeses.




Dos días después, y viendo el potencial bélico de sus enemigos el emperador japonés, Showa Hiroito, aceptaba la derrota. Japón se había rendido al arma más mortífera jamás creada por el hombre. El 14 de ese mismo mes, el máximo responsable del país capitulaba formalmente y un día después se dirigía a sus conciudadanos, a través de la radio, para hacerles saber que el país se rendía i que los americanos, por medio del general Douglas MacArthur, tomaban el control del país.

miércoles, 29 de julio de 2009

Japón es el enemigo (1)

En el post que nos concierne y en el próximo, hablaré un poco de los acontecimientos previos a uno de los sucesos más importantes de la historia de Japón: las bombas atómicas de Hiroshima y Nagasaki y la consiguiente derrota en la Segunda Guerra Mundial.


El ataque a Pearl Harbour el 7 de Diciembre de 1941 por parte de la Armada Imperial Japonesa, supuso un vuelco en los acontecimientos de la guerra. Las fuerzas aliadas, con Estados Unidos al frente, empezaron a mirar al imperio del sol naciente como una verdadera amenaza. Ya no bastaba con derrotar a la Alemania de Hitler.
El desenlace de la contienda lo tenemos todos en mente, las dos bombas atómicas. ¿Pero que sucedió para que los americanos decidieran probar el arma más mortífera creada por el hombre en suelo japonés?





Las negociaciones para decidir qué hacer con Japón habían comenzado dos años antes del fin de la Segunda Guerra Mundial. Los aliados empezaron a discutir durante la Conferencia de El Cairo, en Noviembre 1943. En este primer encuentro, Roosevelt, Chiang Kai-shek y Churchil establecieron una declaración firme en contra del imperio japonés. Arrebatarle a Japón las islas que había ido conquistando a lo largo y ancho del sudeste Asiático (Formosa, la isla de Pescadores o Sajalín) se convirtió en el principal objetivo surgido de la conferencia, así como retornar la independencia a Corea y terminar con el Manchukuo (estado títere en forma de protectorado, que Japón estableció en Manchuria después de su victoria en la segunda guerra sino-japonesa 1931-1945).






La segunda de las reuniones, un mes después, se trasladó a Teherán (capital de Irán). En este encuentro, la URSS dio un golpe de autoridad en la mesa de negociaciones advirtiendo, que declararía la guerra al imperio del sol naciente una vez Alemania fuera derrotada.


En Febrero de 1945 tuvo lugar otra reunión de los líderes aliados. Yalta (Ucrania) fue el escenario escogido esta vez para discutir los pasos a seguir en la guerra contra Alemania y Japón. Las visiones enfrentadas, entre americanos y soviéticos, hacían presagiar ya una Europa dividida en áreas de influencia al terminar el ejercicio bélico y la URSS ponía plazo a un inminente ataque sobre Japón, tres meses después de que cayera Alemania. Además Roosevelt daba su palabra Stalin de cederle las islas Sajalín y las Kuriles una vez rendido Japón.


El 7 de Mayo Alemania es derrotada y el objetivo primordial de los aliados pasará por acabar definitivamente con Japón.

lunes, 27 de julio de 2009

Los doble códigos de la sociedad japonesa

En el artículo de hoy intentaré ahondar un poco más en la mentalidad y la forma de actuar y pensar que tienen los japoneses como grupo social.

Muchas de las teorías utilizadas para estudiar la sociedad nipona han surgido de fuera, con una consecuente visión eurocéntrica como eje central. Ruth Benedict y su obra más conocida, El crisantemo y la espada dan fe de unos primeros estudios sociológicos sobre Japón hechos desde el exterior, en un contexto político marcado por la Segunda Guerra Mundial y con unos objetivos claros; estudiar y conocer a los japoneses (enemigos en aquella época) para poder derrotarles. Las tesis sobre Japón y su gente siguieron estos pasos durante décadas, hasta que los sociólogos y antropólogos nipones empezaron a aparecer en escena. Algunos de ellos dirán que no hay teorías lo suficientemente potentes como para analizar Japón y que todo aquello formulado hasta la fecha no tiene en cuenta los conceptos émico y ético.

Ético: cuando un sociólogo o un antropólogo estudia una sociedad desde la perspectiva del observador. El estudioso no es capaz de dejar a un lado las ideas y los estereotipos europeos. Se trata de conceptos aplicables a todas las culturas.

Émico: estudios en los cuales se toma la perspectiva del observado. Son conceptos aplicables a una única cultura y que solo tienen significado en esta.

Según Sugimoto, uno de los sociólogos más importantes del país nipón, la sociedad europea se basó en sus inicios en conceptos émicos surgidos de su propia idiosincrasia y que, con el tiempo, se extendieron a otras culturas convirtiéndose así en nuevos conceptos éticos que ayudaron a construir una visión eurocéntrica del mundo. Así pues, en Japón, los conceptos émicos o los llamados doble códigos son de suma importancia para entender la forma de pensar de su sociedad.

Tatemae/Honne:

Tatemae: opiniones y comportamientos que se muestran en sociedad y de cara al exterior. Los japoneses actúan según establecen los códigos sociales y en su vida social se ciñen a esta norma sin salirse del papel. En nuestra sociedad esto hecho podría entenderse como “falsedad”, pero no así en Japón donde el juego de las apariencias es de suma importancia.

Honne: sentimientos y deseos verdaderos que no pueden expresarse de forma abierta a la sociedad. Se trata de una realidad escondida. Los japoneses evitan expresar lo que realmente piensan o sienten por miedo a entrar en conflicto. El honne aparece en contadas ocasiones, como en las reuniones y encuentros con los amigos después del trabajo donde el alcohol (sake) ayuda a los japoneses a desinhibirse.



Omote/Ura

Omote: se trata de la imagen que se tiene de una determinada empresa, grupo social o compañía desde fuera. Una imagen fabricada des del desconocimiento.

Ura: parte escondida y que no se ve de la realidad japonesa.

Uchi/Soto

Uchi: perteneciente al grupo. Para un japonés no hay nada más importante que sentirse participe de algo. Formar parte de un grupo de personas ya sea dentro de la oficina, en clase o con los amigos genera en los nipones un fuerte vínculo con el prójimo, con la gente de su misma categoría.

Soto: los que quedan fuera del grupo. Esto nos incluye a todos nosotros, los extranjeros, y es por eso mismo que alguien de fuera nunca podrá ser aceptado socialmente del mismo modo que un japonés. Por muchos años que lleves en Japón, por mucho que sepas hablar su idioma a la perfección, los nipones siempre te trataran como un extranjero, como un gaijin (forma un tanto peyorativa que tienen los nipones para referirse a los extranjeros) . En realidad esto no tiene porque ser malo ya que serás tratado con los mayores respetos, pero nunca te sentirás arropado, en familia.

En proximas fechas seguiré explicando alguno de los conceptos por los cuales se rige el comportamiento de los japoneses. Hasta la vista!


domingo, 26 de julio de 2009

El emperador japonés

La figura del emperador y toda su idiosincrasia es uno de los elementos más carismáticos del país del sol naciente. El Kojiki (registro de cosas antiguas), considerado el libro más antiguo que se conserva de la historia de Japón y publicado el 712 de nuestra era, ya contemplaba los primeros textos referentes a la figura de un soberano de los hombres. El primero de los mandatos imperiales del archipiélago se le concede a Jimmu tenno (apelativo que con el tiempo terminaría significando “emperador” en japonés), descendiente directo de la estirpe divina y más concretamente de Amaterasu, diosa del Sol y situada en la cúspide del panteón de los dioses sintoístas. Un primer emperador que encarna la superación definitiva de la lucha entre clanes y la victoria del Kyushu septentrional sobre Izumo (Honshu meridional). El mito, no cuenta sino la victoria de las comunidades agrícolas sobre las comunidades de cazadores y recolectores y es muy probable que sin la supremacía de la agricultura no hubiera sido posible la construcción y articulación del primer estado japonés, el estado Yamato (nombre que recibe la llanura más grande del Honshu meridional y donde estableció la capital Jimmu).


A lo largo del tiempo, la figura del emperador ha vivido períodos de más o menor influencia dentro de la política nipona. Desde la época Heian (794-1185), donde la corte desarrolló un mundo cerrado de refinamiento extraordinario y la figura del emperador se situaba en lo más alto del plano político, pasando por épocas de regencias militares (los shogunatos) en las cuales el emperador y su séquito vivía en un segundo plano y solo representaba el prestigio cultural e incluso durante parte del periodo Muromachi (1333-1573) llegaron a convivir de forma simultánea dos cortes con sus dos respectivos emperadores.

Durante la Restauración Meiji (1868-1912) y tal y como establecía la Constitución de 1889, el emperador volvió a situarse en lo alto del sistema político japonés. La función legislativa y ejecutiva recaía en sus manos y de el dependía aprobar las leyes. Este era, además, el máximo responsable del ejército y en sus manos recaía la soberanía del país asiático. En esta época, el emperador se rodeaba de un grupo de sabios provenientes de las familias aristocráticas más importantes del país (la denominada Genrô), que le ayudaban a tomar las decisiones y que a su vez le llevaban la agenda política.

Una vez terminada la Segunda Guerra Mundial los americanos, encargados de iniciar la recuperación del país, decidieron no tocar la figura del emperador a cambio de que este renunciara a su carácter divino. Un hecho que tuvo lugar el 1 de Enero de 1946 en la declaración de la humanidad o Ningen Sengen donde el mandatario nipón se deshizo de su estirpe divina para ser nombrado soberano de los japoneses. Se convertiría así en el símbolo del estado y de la unidad del pueblo japonés.
La Constitución de 1947 determinó las nuevas funciones de del emperador, que a partir de ese momento quedaba sometido y ligado al gabinete (órgano ejecutivo) y debía rendirle cuentas de todas sus funciones o actos de estado. La carta magna definía también la sucesión al trono imperial, que pasaría a ser dinástica y hereditaria.

viernes, 24 de julio de 2009

La Pacífica

La Constitución de 1947, también nombrada La Pacífica, consta de 103 artículos que conforman la norma situada en la cúspide del ordenamiento jurídico del país nipón. Un documento escrito que establece y regula las reglas del juego, las relaciones entre los diferentes entes políticos y que no puede ser contradicha por ningún tipo de ley. Con su promulgación, acabaron todas aquellas disposiciones propias de una sociedad feudal y emanó un nuevo sistema democrático. En el preámbulo de la nueva norma se vislumbra una clara voluntad democrática al hablarse de que la soberanía del poder reside en el pueblo, y no en manos del emperador como sucedía en la antigua constitución Meiji de 1889.
Muchos hablan de que la Constitución del 1947 fue impuesta por los americanos en un contexto sociopolítico marcado por la derrota y la sumisión japonesa a los aliados vencedores de la contienda mundial. A los japoneses se les vendió la nueva carta magna como una reforma, cuando de hecho no era más que una nueva constitución, donde lo único que se mantenía era la figura del emperador como símbolo del Estado. Una estrategia basada en la real politique por parte de los americanos que querían ahorrarse tener en contra a toda la población japonesa.

En el preámbulo de la misma, quedaba ya patente el rechazo a la antigua forma de gobierno imperial al mismo tiempo que se acusaba a este de ser el principal causante de los horrores provocados por los japoneses durante la guerra. Una declaración de intenciones que pretendía ser el comienzo de un orden democrático basado en la soberanía popular y que a su vez buscaba enterrar los errores cometidos en el pasado. Los aliados, capitaneados por el general MCArthur tenían en mente demostrar que Japón era compatible con el sistema capitalista y con la democracia. El país nipón había matado más de 20 millones de personas en su intento de expansión por el Sureste asiático durante la Segunda Guerra Mundial, con lo cual tenía un deber pendiente con toda la comunidad internacional. Es posible que el polémico artículo 9, que prohíbe a Japón volver a tener un ejército armado y resolver los conflictos a través de la fuerza militar, sea, de puertas a fuera, un juramento a los países vecinos y al mundo entero de no volver a hacer uso de la fuerza militar. Aún así, y siendo el artículo 9 uno de los más importantes de la Constitución del 1947 Japón durante el contexto de Guerra Fría, desarrolló las Fuerzas de Auto Defensa (SDF) que de facto constituyen el ejército japonés y consumen parte del presupuesto nacional.



La existencia del polémico artículo y su posible modificación en vista de los últimos acontecimientos mundiales (terrorismo, guerras, estrategias geopolíticas) han recibido gran parte de las discusiones políticas sobre una posible revisión constitucional. Un punto que podría decidir el futuro próximo y la posición del país nipón en un contexto de política internacional y que sin duda requerirá tomar decisiones importantes en materia militar.

miércoles, 22 de julio de 2009

Un nuevo tipo de trabajador japonés

Una de las características de la sociedad japonesa es su sistema laboral. Al nombrar Japón, a muchos de nosotros se nos viene a la mente el típico empresario con maletín que dedica a su empleo horas y horas sin vacilar. Un sistema empresarial basado en grandes corporaciones y con una ética de trabajo marcada por la jerarquía y la verticalidad en los mandos. Todo esto es lo que se percibe des de fuera y si bien es cierto que fue la tónica durante las décadas de prosperidad después de la Segunda Guerra mundial (de los 60 a los 80) en la actualidad las cosas están cambiando. Los jóvenes ya no están interesados en seguir el modelo de empresa que vivieron sus padres y lo que buscan muchos de ellos son trabajos eventuales, que les permitan subsistir sin a cambio tener que hipotecar su vida profesional.

De esta mentalidad nacieron los denominados furîta o freeters en inglés. Los términos surgen de una combinación entre la palabra inglesa free (libre) i la alemana arbeiter (trabajador) y se aplica a aquellos jóvenes de entre 15 y 35 años que, por las circunstancias que sea, solo acceden a trabajos temporales. Se dice de ellos, de forma peyorativa, que no tienen una posición definida dentro del mundo laboral, que no son buenos para nada (furyô) o, incluso, que solo les importan la fiesta y salir a divertirse (asobinin). Los furîta, no son más que el resultado de una generación que pretende cortar con los valores clásicos de aquellos que vivieron la guerra y la postguerra. Subidos al tren de la revolución tecnológica e informativa, desde pequeños han crecido ligados a la cultura de los medios de comunicación de masas, los ordenadores, teléfonos móviles e internet. Han visto el cambio de una economía basada en la producción a otra basada en el consumo, y han presenciado el paso hacia una nueva sociedad postmoderna. Se trata de una generación de jóvenes que ha vivido su proceso de socialización sin reminiscencias de los valores culturales de la época imperial. Unas características propias que les han llevado a marcar una fuerte distancia en relación a una ética del trabajo consolidada por las generaciones pasadas. No les interesa la forma en la que está estructurado el mercado laboral japonés: trabajo para toda la vida, sistema de promoción basado en la antigüedad, elevado número de horas de trabajo y horas extras etc. En general son pesimistas. Muchos buscan pequeños trabajos que les reporten los suficientes ingresos como para poder irse del país y buscarse la vida en otro sitio. No les importa gastar años de su vida saltando de trabajo temporal en trabajo temporal si con eso consiguen hacer realidad alguno de sus sueños.
En este enlace encontrareis un invento ideado para esta clase de trabajadores. El GPS de los furîta

lunes, 20 de julio de 2009

El nacimiento

He querido dedicar el post de hoy a un trocito de la cultura japonesa que personalmente me atrae sobremanera: la mitología. Como cualquier otra sociedad conocida, los primeros pobladores del archipiélago nipón utilizaron el mito y los cuentos ancestrales para legitimar su poder y su posición. El pacto mitológico entre dos de los clanes más importantes que habitaban Japón en el siglo IV a.C dará lugar al primer estado japonés, Yamato, que se mantendría hasta el siglo VII d.C.

La historia de Izanami e Izanagi creadores y primeros pobladores de Japón

Cuando la tierra aun no tenía forma nacieron las primeras deidades. Estas se reunieron en asamblea y decidieron llamar a Izanagi (deidad masculina) e Izanami (deidad femenina) para encargarles que bajaran a la Tierra para engendrar la humanidad. Para ello, se les entregó una lanza enjoyada, la Lanza de los Cielos, que transfería el poder celestial. Izanagi e Izanami descendieron al mundo y mientras caminaban iban tocando el agua con la lanza, para ver sus características.

De tanto probar el agua con la lanza, esta se lleno de sal. Izanagi la agitó y se creó la primera isla. En esta isla los dioses comenzaron el ritual de unión rodeando la columna, uno por la izquierda y otro por la derecha. Al reunirse de nuevo, Izanami habló en primer lugar, a lo que Izanagi replicó que no estaba previsto que ella hablara primero. De su unión nacieron un niño y una niña, con deformidades, por lo que asumiendo que lo habían hecho mal, decidieron abandonarlos en el mar.

Preguntaron entonces a los otros dioses qué es lo que habían hecho mal. Ellos respondieron que el dios masculino debió haber iniciado la conversación durante la ceremonia de unión. Así que Izanagi e Izanami realizaron el rito una vez más, y esta vez, cuando se encontraron, Izanagi habló primero y su unión fue exitosa. A partir de entonces, empezaron a crear nuevos dioses, así como también las islas que forman el archipiélago japonés.

Izanagi e Izanami continuaron su labor creadora hasta que nació el dios del fuego. Este produjo graves quemaduras a su madre que tras una larga enfermedad le causaron la muerte. Izanagi entonces entra en depresión, y decide ir a buscar a su compañera al reino de los muertos, el Yomi.

Izanami decide ir a pedir permiso a las deidades del Yomi, para ver si le dejan salir y finalmente le dan el permiso, pero con una condición: que Izanagi no vuelva a mirarla. Empiezan a caminar pero Izanagi rompe la condición. Al echar la vista atrás, observa que su esposa está rodeada de gusanos, se asusta y echa a correr. Sale de la montaña perseguido por Izanami, pero ve una roca y decide sellar la entrada para que no pueda salir.

zanami se enfada con él y lo maldice diciéndole que cada día matará a mil de los suyos. Él le replica que creará mil quinientos dioses cada día para compensar. Después de salir de la montaña, decide ir a purificarse en un riachuelo. Mientras se lava, van apareciendo nuevos dioses: Del ojo izquierdo sale Amaterasu, diosa de la luz y el sol. De la nariz nace Susanô, dios de los océanos y las tempestades. Estos dos se convertirán en las deidades más importantes del panteón sintoísta japonés.

Historia sacada de Mitos y Leyendas de Japón de F. Hadland David


domingo, 19 de julio de 2009

La religión en Japón

Hoy me gustaría hacer espacio a una de las características más relevantes y a su vez interesantes de la sociedad nipona: la religión.

Un chiste nacional dice que los japoneses nacen sintoístas, se casa cristianos y son enterrados como budistas. El sintoísmo y el budismo son las dos grandes religiones del país, aunque cada vez más para sus habitantes, la realización de los ritos se ha convertido en una cuestión formal y no de fe. Más del 90% de los nipones confiesa practicar ambas religiones. El sintoísmo para los ritos de bautismo y matrimonio y el budismo reservado sobre todo para la ceremonia fúnebre. El cristianismo es practicado por una minoría, unos 2 millones de japoneses, que ven en casarse de blanco una alternativa a la tradicional ceremonia sintoísta. El hecho de que en Japón convivan diversas religiones muestra otra de sus características. Un sincretismo y pragmatismo que le permiten absorber y transformar todo aquello que viene de fuera sin necesidad de exclusión.

Sintoísmo: llamado también Sinto o camino de los dioses se trata de un sistema de creencias animistas de origen prehistórico que veneran a los Kami, divinidades que existen en todas las formas de la naturaleza. Según marca la mitología japonesa el emperador y todos los habitantes del archipiélago descienden de los dioses. El sintoísmo prospera como una cuestión ceremonial tal y como se demuestra en los coloridos festivales matsuri, celebrados a lo largo de todo el año.




Budismo
: esta religión nacida en la India de manos de Sidhârtha Gautama llegó a Japón a mediados del siglo VI a.C a través del continente, más concretamente llevado de manos de emisarios coreanos. Rápidamente el budismo mahayana se convirtió en religión de estado de la mano del príncipe Shotoku en el 593. Actualmente la escuela budista más conocida en Japón es la zen, que fue introducida desde China durante el período Kamakura (1185-1333) y que afirma que la iluminación sólo se consigue a través del esfuerzo individual y de la meditación. El budismo desde su llegada tuvo gran influencia en la arquitectura, las artes y la cultura japonesa.




Cristianismo: se introdujo en Japón a mediados del siglo XVI a través de los primeros extranjeros que pisaban suelo nipón, los frailes portugueses. Su difusión supuso una amenaza política para el shogun (dictador militar), que temeroso del avance de la nueva religión y de los posibles objetivos coloniales de los europeos impuso fuertes medidas de represión i persecución contra el cristianismo. Actualmente Japón cuenta con alrededor de un millón de fieles i existen unas 6.000 iglesias católicas.

Geografia física y humana de Japón

Antes de empezar a hablar largo y tendido sobre la sociedad y la cultura nipona he creído oportuno hacer este post introductorio. En el, encontrareis nociones básicas de geografía que os ayudaran a situar mejor Japón y os acercaran a una realidad necesaria para entender muchos de los secretos que entraña el país del sol naciente.


Japón desde hace miles y miles de años es un archipiélago. El hecho de encontrarse separado del continente ha influenciado en la forma de vivir de sus habitantes y mucha gente habla de que los japoneses tienen valores y costumbres nacidas de su insularidad. El país se sitúa en les coordenadas 36 º 00’ N i 138 º 00’ E y cómo si de un dragón se tratase se extiende de norte a sur en la costa oriental del Continente asiático. El país cuenta con una superficie terrestre de unos 377.829 qm2, solo un poco más extenso que Finlandia y con la mayor parte del territorio ocupada por las cuatro islas más importantes. De norte a sur: Hokkaidô, Honshu, Shikoku i Kyûshû. Además de otras islas menores cómo Kunashiri, Etorofu i Habonai, al norte, y Ogasawara y Okinawa, las islas más al sur. Si de demografía hablamos, Japón cuenta con la séptima población del mundo, 127 millones de habitantes. La esperanza de vida de los nipones es la más alta del mundo y no es extraño ver índices de población en los cuales los jubilados de más de 65 años se han convertido en la franja de edad más representativa.

Nos encontramos delante de un país, en el cual dos terceras partes de su territorio la conforman zonas de montaña y solo el 13% son llanuras aluviales con capacidad para llevar a cabo la agricultura. Un hecho de suma importancia a lo largo de toda la historia de Japón, ya que el control de las zonas fértiles se convirtió en un argumento de fuerza y poder para una sociedad basada en la agricultura y más concretamente en un cereal que necesita de grandes extensiones de terreno para ser cultivado, el arroz.
La distribución de la población sobre el terreno ha ido cambiando a lo largo de los siglos según fuera la base económica del país. Actualmente, más del 40% de los japoneses viven en el llamado triangulo japonés: Tokio-Kioto-Osaka. La capital del país, Tokio, aún sin contar con el 2% del área total del país aglutina el 23,4% de la población nipona con más de 12 millones de habitantes y su área metropolitana llega hasta los 33,4% millones.

Japón se encuentra en la convergencia de distintas placas tectónicas, un hecho que va acompañado de gran actividad volcánica y constantes terremotos. Los más conocidos son el terremoto de Tokio, que causó la muerte de 140.000 personas, y el de Kobe en 1995, que terminó con la vida de más de 6.000 japoneses.
Además, Japón cuenta con un total de 188 volcanes que en un momento u otro de la historia estuvieron activos. El más conocido es el Monte Fuji, con 3.776 metros de altura y que se ha convertido en símbolo nacional y orgullo de todos los nipones.

Japón es un país climáticamente muy peculiar, en el cual las estaciones se distinguen claramente por fenómenos meteorológicos que se suceden a lo largo del año. Pocas veces los cambios de estación llegan con retraso. La situación geográfica del país provoca que una de sus características más notables sea la amplia gama de temperaturas anuales y a su vez, la gran cantidad de precipitaciones provocadas por los vientos del monzón que llegan del continente asiático. Así pues, en Japón encontramos climas muy variados. Desde las temperaturas tropicales de Okinawa, pasando por las temperaturas temperadas de la gran isla de Honshu y terminando por un clima frío y húmedo al norte, en la isla de Hokkaido. Teniendo en cuenta sus características climáticas, la mejor época para viajar al país nipón es durante los meses de abril-mayo, ya que el calor se soporta y no hace frío en exceso además de que no suele llover. Los meses de junio-julio son considerados el período de lluvias, en agosto el calor provocado por la humedad que deja el monzón de verano se hace insoportable y en septiembre-octubre es la época de tifones.


Echas estas primeras consideraciones sobre Japón, solo me falta emplazaros al siguiente artículo. Hasta la próxima bloggers!

viernes, 17 de julio de 2009

El inicio de una aventura profesional

Hola y un saludo a toda la comunidad de bloggers. Antes que nada, me presentaré. Mi nombre es Pau Garcia. Licenciado en Periodismo el verano pasado por la Universidad Autónoma de Barcelona, en estos momentos curso los estudios de segundo ciclo en Asia Oriental. Un modo de ampliar mis conocimientos con vistas a un futuro profesional en Japón. Admirador de la cultura nipona y todas sus vicisitudes trataré de transmitir este afán en un blog, que podrá ser utilizado por gente ya cultivada en dicho país, pero también por aquellos que pretendan hacer una primera visita al país asiático y quieran conocer parte de su "encanto".

Mi intención es llenar este espacio virtual con gran cantidad de información referente al país del sushi y de los antiguos samuráis. Un compendio de artículos que van a tratar de historia, cultura, gastronomía, artes, tecnología y un sinfín de temas que se mezclaran con crónicas sociales, pequeñas noticias y anécdotas que puedan recopilarse durante mi estancia en el archipiélago nipón este Septiembre.

Así pues, empieza esta experiencia profesional. Bienvenidos a Japón: crónicas de un país de contrastes.