El sintoísmo exaltó el Kojiki (Registro de las cosas antiguas) y el Nihon Shoki (Crónicas de Japón). Estos libros, que se acabaron de redactar a principios del siglo VIII, explicaban los mitos fundacionales y describían los reinados de diversos emperadores desde el año 697 a.C. hasta el 660 d.C., siendo míticos los 14 primeros.
En el ámbito de la política, ambas publicaciones se utilizaron para establecer la divinidad de los emperadores sucesivos. Así, se difundió el principio por el cual Japón, su población y los dioses sintoístas eran todos descendientes del principio femenino Izanami y del masculino Izanagi, padres de la diosa del Sol Amaterasu, a su vez, madre del emperador divino Jinmu, el primero de un linaje imperial ininterrumpido hasta la rendición de Japón en 1945.
En el último capítulo una visión general sobre el credo y los rituales sintoístas. ¡No os lo perdais!
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