lunes, 20 de julio de 2009

El nacimiento

He querido dedicar el post de hoy a un trocito de la cultura japonesa que personalmente me atrae sobremanera: la mitología. Como cualquier otra sociedad conocida, los primeros pobladores del archipiélago nipón utilizaron el mito y los cuentos ancestrales para legitimar su poder y su posición. El pacto mitológico entre dos de los clanes más importantes que habitaban Japón en el siglo IV a.C dará lugar al primer estado japonés, Yamato, que se mantendría hasta el siglo VII d.C.

La historia de Izanami e Izanagi creadores y primeros pobladores de Japón

Cuando la tierra aun no tenía forma nacieron las primeras deidades. Estas se reunieron en asamblea y decidieron llamar a Izanagi (deidad masculina) e Izanami (deidad femenina) para encargarles que bajaran a la Tierra para engendrar la humanidad. Para ello, se les entregó una lanza enjoyada, la Lanza de los Cielos, que transfería el poder celestial. Izanagi e Izanami descendieron al mundo y mientras caminaban iban tocando el agua con la lanza, para ver sus características.

De tanto probar el agua con la lanza, esta se lleno de sal. Izanagi la agitó y se creó la primera isla. En esta isla los dioses comenzaron el ritual de unión rodeando la columna, uno por la izquierda y otro por la derecha. Al reunirse de nuevo, Izanami habló en primer lugar, a lo que Izanagi replicó que no estaba previsto que ella hablara primero. De su unión nacieron un niño y una niña, con deformidades, por lo que asumiendo que lo habían hecho mal, decidieron abandonarlos en el mar.

Preguntaron entonces a los otros dioses qué es lo que habían hecho mal. Ellos respondieron que el dios masculino debió haber iniciado la conversación durante la ceremonia de unión. Así que Izanagi e Izanami realizaron el rito una vez más, y esta vez, cuando se encontraron, Izanagi habló primero y su unión fue exitosa. A partir de entonces, empezaron a crear nuevos dioses, así como también las islas que forman el archipiélago japonés.

Izanagi e Izanami continuaron su labor creadora hasta que nació el dios del fuego. Este produjo graves quemaduras a su madre que tras una larga enfermedad le causaron la muerte. Izanagi entonces entra en depresión, y decide ir a buscar a su compañera al reino de los muertos, el Yomi.

Izanami decide ir a pedir permiso a las deidades del Yomi, para ver si le dejan salir y finalmente le dan el permiso, pero con una condición: que Izanagi no vuelva a mirarla. Empiezan a caminar pero Izanagi rompe la condición. Al echar la vista atrás, observa que su esposa está rodeada de gusanos, se asusta y echa a correr. Sale de la montaña perseguido por Izanami, pero ve una roca y decide sellar la entrada para que no pueda salir.

zanami se enfada con él y lo maldice diciéndole que cada día matará a mil de los suyos. Él le replica que creará mil quinientos dioses cada día para compensar. Después de salir de la montaña, decide ir a purificarse en un riachuelo. Mientras se lava, van apareciendo nuevos dioses: Del ojo izquierdo sale Amaterasu, diosa de la luz y el sol. De la nariz nace Susanô, dios de los océanos y las tempestades. Estos dos se convertirán en las deidades más importantes del panteón sintoísta japonés.

Historia sacada de Mitos y Leyendas de Japón de F. Hadland David


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