Asakusa: un barrio con sabor a pasado

Si existe un barrio en Tokio que aun conserve el sabor añejo y tradicional de la antigua Edo, este es, sin duda, Asakusa. Con vestigios de la nombrada shitamachi (“ciudad baja”), este barrio obrero cuenta con gran cantidad de templos, lugar de peregrinación para muchos y de visita obligada para otros.

Solo salir de la estación, la gran puerta Kaminarimon (puerta del relámpago) nos da la bienvenida al recinto sagrado. Tras cruzarla, enfilamos la calle Nakamise, que cuenta con más de 90 tiendas fundadas en la era Edo. Esta travesía de no más de 500 metros se convierte en un desafío para el turista y es que aquí, se puede encontrar cualquier tipo de souvenir para la familia y amigos. Desde llaveros, pasando por dulces tradicionales, kimonos y yukatas (kimono de algodón utilizado en épocas más calurosas como el verano), abanicos, figuras de porcelana, xilografías y un gran etc.

Después de desembolsar, a buen seguro, unos pocos miles de yenes uno llega a la gran puerta del templo de Senso-ji. Es sin duda uno de los más conocidos y visitados de la capital y también el más antiguo de Tokio (data del 628 d.C). Antes de entrar al altar principal (y esto vale para la gran mayoría de templos), los feligreses llevan a cabo un rito de purificación en una pqueña construcción anexa al templo. Este consiste en echarse agua de un cazo en las manos, para luego beber un poco y escupirla. Una vez dentro, aquel que quiera puede rezar no sin antes ofrendar con la voluntad, y es que todas estas instituciones religiosas se financian en gran medida por los donativos de los creyentes.

Al lado del gran templo de Senso-ji se encuentra el santuario de Asakusajinja construido por el shogun Iemitsu Tokugawa. Este, es famoso por albergar el festival de Sanja, uno de los tres grandes festivales que se celebraban en la antigua Edo. Además, Asakusa cuenta con gran cantidad de templos pequeños, como el dedicado a un animal muy especial y venerado en Japón, el tanuki (una especie de cruce entre perro y mapache).

No muy lejos de la calle Nakamise se encuentra una de las calles más curiosas de la capital nipona, Kappabashi o la calle de los “utensilios de cocina”. Se trata de una pequeña avenida con más de 170 tiendas en las que uno puede comprar todo lo que quiera referente al mundo de la cocina. Sorprenden las tiendas que venden reproducciones exactas de cualquier tipo de comida servida en los restaurantes, juzgad por vosotros mismos.