Sin embargo, y pese a los esfuerzos que se hacen desde el gobierno y desde todas las instancias implicadas, como Tepco - compañía eléctrica que gestiona la central nuclear de Fukushima Daiichi -, siguen apareciendo casos relacionados con la radiación.
Si primero fueron los productos agrícolas de las zonas próximas a la central y, después, se detectaron casos de altas dosis de radiación en peces procedentes de las costas cercanas a Fukushima, ahora parece que la radiación ha pasado a los humanos.
El Ministerio de Sanidad, Trabajo y Bienestar japonés informó este pasado sábado que se han detectado rastros de radioactividad en las muestras de leche materna recogidas a siete mujeres del este y el noroeste de Japón.
Se trata de niveles mínimos de radiación, pero que aparecieron en siete de las 23 muestras realizadas y analizadas por el gobierno japonés a distintas mujeres. Estas residen en las prefecturas de Fukushima, Ibaraki, Chiba, Saitama y Tokio. Las dos primeras pertenecen al área de exclusión decretada por las autoridades niponas, pero tanto Chiba y Saitama como Tokio son zonas que se encuentran a más de 250 kilómetros de la central nuclear.
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