Con el de hoy empiezo un conjunto de artículos relacionados con el Período Edo, (1601-1865) y la importancia que tuvieron los extranjeros en su última etapa.
El tópico ha llegado a presentar este período de la historia nipona como una época de ostracismo y cierre total. El clan de los Tokugawa, gobierno militar que ostentaba el poder en aquel entonces, impidió la llegada de productos extranjeros al país así como el flujo de personas pero, durante los años del bakumatsu (decadencia del gobierno Tokugawa), los historiadores han constatado un aumento destacable de foráneos dentro de las fronteras del archipiélago japonés.
Durante los últimos 50 años del bakufu Tokugawa (gobierno militar) al menos 200 extranjeros, entre ingenieros y profesores de idiomas, fueron reclutados por la autoridad central y por los distintos han (territorios gobernados por un señor feudal y que rendían cuentas a la familia Tokugawa). Entre ellos se llegaron a contabilizar más de 80 franceses, unos 60 holandeses, alrededor de 30 británicos y algunos americanos y alemanes. Una experiencia que tendría efectos directos en la emergente Restauración Meiji de 1868.
El tópico ha llegado a presentar este período de la historia nipona como una época de ostracismo y cierre total. El clan de los Tokugawa, gobierno militar que ostentaba el poder en aquel entonces, impidió la llegada de productos extranjeros al país así como el flujo de personas pero, durante los años del bakumatsu (decadencia del gobierno Tokugawa), los historiadores han constatado un aumento destacable de foráneos dentro de las fronteras del archipiélago japonés.
Durante los últimos 50 años del bakufu Tokugawa (gobierno militar) al menos 200 extranjeros, entre ingenieros y profesores de idiomas, fueron reclutados por la autoridad central y por los distintos han (territorios gobernados por un señor feudal y que rendían cuentas a la familia Tokugawa). Entre ellos se llegaron a contabilizar más de 80 franceses, unos 60 holandeses, alrededor de 30 británicos y algunos americanos y alemanes. Una experiencia que tendría efectos directos en la emergente Restauración Meiji de 1868.
A partir de la segunda mitad del siglo XIX, los numerosos altercados en las costas japonesas, en los que se vieron involucrados barcos europeos, convirtieron la posibilidad de una intrusión extranjera en un hecho probable. En este sentido, las reformas aparecidas durante los últimos años del período tempô (1841-1844) irían destinadas a mejorar la preparación militar y a estimular aspectos fiscales y administrativos que ayudasen en la defensa nacional. Se hicieron grandes progresos en materia de construcción de buques, sobre todo después de que en 1853 se levantara la prohibición de construir grandes navíos.
Los primeros contactos con el almirante Perry en 1853, aceleraron todo el programa de reformas. La presión extranjera combinada con la fuerte inestabilidad dentro del país terminaría por precipitar la necesidad de proveerse de nueva tecnología y conocimientos venidos del exterior.
En los siguientes artículos hablaré más detenidamente sobre cada uno de los países que intervinieron en el período del bakumatsu.
Los primeros contactos con el almirante Perry en 1853, aceleraron todo el programa de reformas. La presión extranjera combinada con la fuerte inestabilidad dentro del país terminaría por precipitar la necesidad de proveerse de nueva tecnología y conocimientos venidos del exterior.
En los siguientes artículos hablaré más detenidamente sobre cada uno de los países que intervinieron en el período del bakumatsu.
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