lunes, 23 de enero de 2012

La yakuza y sus métodos de ejecución

A la hora de poner fin a la vida de los miembros de cualquier otra familia, los yakuza acostumbran a no tener escrúpulos. Durante el primer lustro del siglo XXI fueron varias las ejecuciones cometidas entre bandas rivales.

En febrero de 2002 un matón, vestido de negro, con gorra y gafas oscuras, disparó por una ventana de la habitación de hospital donde estaba ingresado Takashi Ishizuka, miembro del Sumiyoshi-kai, herido de bala dos días antes en un tiroteo. Nada pudieron hacer los diez hombres que estaban a su lado y los dos policías que vigilaban la entrada de su habitación.

El 10 de mayo del mismo año dos motoristas hirieron cerca de la Bolsa de Tokio al jefe de un grupo afiliado al Kokusui-kai, Hirokazu Ozeki. El 21 de febrero de 2004 Yoshikatsu Nara, el número dos del Hanada-kai, una organización de Hokkaido afiliada al Yamaguchi-gumi, fue apuñalado varias veces en su despacho. El 18 de junio de 2004 ametrallaron la casa de un jefe tokiota afiliado al Kyokuto-kai y tres días después apuñalaron a otro jefe del Sumiyoshi-kai delante de su despacho. Así uno tras otro.



Los métodos de ejecución son variados como se ha podido comprobar pero, ¿Cuál es el método tradicional? Este consiste en enviar a tres hombres: un motorista, un asesino y un confirmador. Se suelen repartir en dos vehículos, una moto y un coche. El asesino va con el motorista, mientras que el confirmador va en el coche y puede tener dos funciones: la primera es supervisar el trabajo del teppodama (asesino). La segunda consiste en sustituir al asesino si lo matan antes de dar en el blanco. El teppodama se sacrifica para cumplir con su deber. El método japonés no consiste en disparar a distancia y para ser eficaz hay que acercarse al máximo a la víctima antes de disparar. Por eso el asesino también suele ser un blanco fácil para los guardaespaldas.

En el último artículo sobre la yakuza, la experiencia de un verdadero teppodama. Hasta la vista!

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