Ayer mi buen amigo Kouji Osato me llevó a uno de esos lugares que sólo conocen los verdaderos gourmets. Apartado de los bulliciosos barrios céntricos de la ciudad, en una callejuela, se encuentra un pequeño restaurante de ramen (receta de fideos importada de la China que se ha convertido en uno de los platos estrella de la cocina japonesa). Nadie se percataría de la verdadera esencia del establecimiento si no fuera por la cola de gente que espera paciente a que llegue su turno. El restaurante era tan pequeño que sólo había sitio para diez personas.
Al llegar nuestro turno tuvimos que decidir que plato íbamos a comer. La especialidad del restaurante era el tsukemen: un estilo de ramen donde los fideos y la sopa se sirven por separado. La sopa esta condimentada de tal forma que al bañar los fideos en ella todo su sabor queda impregnado convirtiendo este plato en una auténtica delicia para el paladar. En la elaboración del tsukemen, la sopa es el elemento clave. Según sus ingredientes el plato tendrá un sabor más o menos intenso.
En mi caso escogí el plato de tsukemen que llevaba huevo y carne. Sin duda, acertada decisión. En Japón es normal encontrar revistas gastronómicas especializadas. En estas aparecen detallados los restaurantes que gozan de mayor aceptación en cada una de las especialidades de la cocina del país. Son muchos los japoneses que siguen a rajatabla las opiniones de los críticos y se dedican a buscar y a probar la comida de los restaurantes que aparecen en las publicaciones.
ごちそうさまでした!¡Estaba delicioso!
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