viernes, 26 de agosto de 2011

La montaña sagrada de Ontake

Venerado desde la prehistoria, el monte de Ontake-san (uno de los volcanes del archipiélago) es objeto de un sagrado culto al sintoísmo.

Aunque se dice que el primer santuario Ontake fue levantado en el 928, la Ontake-kyo (religión Ontake) se desarrolló en el siglo XVIII a partir de un primitivo chamanismo y al ryôbushinto, una combinación de sintoísmo y budismo, prohibida durante la “purificación” del sintoísmo en la década de 1870.

La Ontake-kyo cuenta con unos dos millones de seguidores. Cada año, unos 150.000 peregrinos ascienden las laderas del sagrado monte hasta alcanzar el santuario cercano a la cima (el volcán está activo, por lo que no está permitido acercarse al cráter).

Muchos empiezan con un ritual de purificación bajo la cascada de Kiyo-taki, en el bosque cercano a Otakimura. Los creyentes erigen piedras commemorativas, las llamadas reijin-no-hi, porque creen que les servirán para ir a un paraíso de montaña una vez muertos.

Así pues, envueltas en la niebla y el misterio, cientos de miles de piedras se alzan en los alrededores del santuario de Ontake-jinja.

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