domingo, 12 de agosto de 2012

Un nuevo idioma: el Japanglish (2)

El entusiasmo por manipular la lengua inglesa es una de las facetas más curiosas del país: los japoneses seccionan las palabras y las reconstruyen mediante procedimientos que acercan la lingüística al territorio de lo abstracto. Así en un salón de mahjong (el ajedrez asiático), situado en el distrito de Kudan, en Tokio, en el letrero del nombre del establecimiento figuraba la palabra Dunghill, que revelaba las innegables tendencias anglófilas del propietarios (en inglés significa “montón de estiércol").

Cuando los japoneses utilizan el inglés como producto de consumo nacional, no parecen importarles las normas gramaticales y la corrección lingüística. Incluso cuando se les advierte sobre un error, apenas les preocupa: el inglés existe no como un medio internacional de comunicación, sino como la que corona el gran pastel del consumismo.

Además del nombre de comercios y negocios, este inglés quebrantado y conocido de forma vulgar como Janglish, Japanglish o Japlish puede leerse tanto en señales e indicadores públicos como en camisetas, bolsas de la compra, manuales de instrucciones, lemas publicitarios, carteles en el metro, marcas comerciales y todo tipo de publicaciones, además de internet.

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