Como cada año por estas fechas se
celebra la primera convocatoria del examen oficial de lengua japonesa
o nihongonouryokushiken (日本語能力試験).
Se trata de un examen tipo test con cinco niveles de dificultad
progresiva. El nivel uno, también llamado ikkyuu (一級) y desde hace unos años N1, sería el equivalente al C2 dentro del
Marco común europeo de referencia para las lenguas,
es decir un conocimiento de la lengua japonesa cercano al de
cualquier nativo.
Cabe
decir que,años atrás, el examen estaba formado solamente por cuatro
niveles con una salto exponencial en la dificultad entre el tercer y segundo nivel. Un escollo que se convirtió en un verdadero quebradero de cabeza para
muchos de los que estudiamos esta lengua así que decidieron incluir
un quinto nivel para evitar estos desajustes en la curva de
dificultad. Al mismo tiempo cambiaron la nomenclatura pasando de
ikkyuu (一級),nikyuu
(二級)y
sucesivos a los actuales N1, N2, N3 etc.
El
examen se compone de los mismos elementos para los distintos niveles.
Existe una parte de lectura e interpretación de kanji
(漢字),
una sección de vocabulario llamada moji/goi (文字/語彙),
la parte de gramática o bunpou
(文法),
una sección correspondiente a la comprensión lectora o dokkai
(読解)
y finalmente la parte de comprensión auditiva llamada choukai
(聴解).
La única diferencia, a parte de la dificultad obviamente, reside en
el tiempo destinado a cada una de las secciones dependiendo del nivel
de dificultad del examen.
Aún
siendo un exámen tipo test, que para algunos podría parecer una
ventaja, la verdad es que la multiplicidad de respuestas posibles (a
escoger entre cuatro posibilidades) añadido al hecho que normalmente
dos de ellas se distingen solamente por un simple matiz, complica las
cosas sobremanera. A parte, los nervios de cada uno que, en ocasiones
pueden jugar malas pasadas. La única ventaja, si se puede llamar
así, es que está estipulado el contenido que supuestamente entra en
cada uno de los niveles. Por ejemplo, que kanjis
pueden aparecer, cual es el vocabulario que hay que estudiar o las
formas gramaticales que se supone debemos aprender para enfrentarnos
al examen.
En mi
caso, desde hace unos años me presento asiduamente a las
convocatorias de este examen ya sea en Japón (donde se realiza dos
veces al año, julio y diciembre) o en España (donde sólo existe
una convocatoria en diciembre) y por el momento he obtenido el
certificado de N3. Este domingo probaré suerte con el N2 que, de
conseguir superarlo, a parte de la satisfacción personal, supondría
un valor añadido muy importante en mi currículo y un avance
sustantivo a la hora de solicitar cualquier trabajo donde se requiera
el uso del japonés.
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