lunes, 5 de julio de 2010

La transición hacia la era moderna (4)

En el año 1860 se produjo un incidente que cambiaría la forma de pensar y actuar del gobierno Tokugawa. El asesinato de Ii Naosuke, personaje relevante y partidario de la apertura del país, a manos de los Shishi haría cambiar la estrategia del bakufu hacia una política basada en el consenso denominada kobu gattai. Se pretendía establecer un grupo de representantes de los daimyo, miembros de la corte así como del shogunato para intentar buscar una solución a la situación de caos interno que vivía Japón. Las posiciones enfrentadas harían imposible un acuerdo, aún teniendo en cuenta el intento de acercamiento del gobierno con los territorios de Choshu y Satsuma.
En 1863, siguiendo con esta actitud conciliadora, el bakufu promulgó una orden donde se dictaminaba que las políticas emprendidas a partir de ese momento tendrían que llevar la firma del emperador. Se trataba de un último intento por parte del shogunato de mantener su legitimidad buscando el apoyo de los daimyo y del emperador.

Un año después, los representantes de las fuerzas militares de Choshu, Shishi y ronins (samuráis sin señor), protagonizarían una importante revuelta en Kioto contra el bakufu. La correspondiente acción punitiva no se hizo esperar. Terminaba así el periodo conciliador por parte de un gobierno que, a partir de ese momento, buscaría sin cesar el castigo del daimyo de Choshu. Pese a la insistencia del bakufu Tokugawa, este no se llevó a cabo gracias, sobre todo, a la intervención de Satsuma, quién dos años más tarde firmaría otro acuerdo con el propio territorio de Choshu para proporcionarle armamento. La alianza sirvió para hacer frente al bakufu en una lucha que tendría lugar el mismo año, 1866. Choshu fue capaz de derrotar las fuerzas del gobierno y un año después signó otra alianza de protección con Satsuma. El poder militar de los daimyo contrarios al shogunato ya era lo suficientemente importante y el relevo al frente del clan Tokugawa no cambiaría la situación. En abril de 1867 y como último intento, el shogun aceptó ceder el poder administrativo al emperador sin “dimitir” de su cargo político.



Al fin, y de forma inevitable, en 1868 empezó la guerra Goshin con la toma del palacio imperial de Kioto por parte de los daimyo rebeldes. El shogunato hizo un último esfuerzo enviando sus tropas para reducir a los insurgentes, pero serían derrotadas al sur de la ciudad. En Osaka se cederá directamente el control del castillo a los rebeldes y Edo será cercada sin que haya grandes confrontaciones. Hasta 1869 habrá intentos del bakufu para impedir el avance de las tropas afines a la restauración política que terminarían con su derrota final en Sendai (Al norte de Edo). Se proclamaría así el cambio de régimen que significó el punto y final a la época medieval del país nipón.

Japón no sufrió un transformación provocada por una lucha de clases si no que será una nueva élite quién asuma el poder provocando que, en muy poco tiempo, el país asiático sea capaz de modernizarse.

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