Los ingleses
Los ingleses fueron la potencia más beneficiada por la cláusula de la nación más favorecida. Llegaron a Japón con intenciones económicas y mercantiles. No querían construir grandes infraestructuras como hicieron franceses y holandeses anteriormente sino conseguir un buen trozo del pastel comercial, como hicieron años antes las otras potencias occidentales.
A partir de 1860 el comercio con los ingleses representaba más del 75% del total y a mediados de la década una treintena de trabajadores fueron contratados por el bakufu. La llegada de los ingleses y su afán de comerciar abrió un futuro prometedor para los han del suroeste (los más contrarios a la política de aislamiento del gobierno Tokugawa). Estos buscaban un comercio más libre y, con la aparición de esta nueva potencia occidental, vieron la posibilidad de obtener productos que el bakufu no les podía proporcionar. Al mismo tiempo los han empezaron a enviar estudiantes hacía Inglaterra.
Los ingleses fueron la potencia más beneficiada por la cláusula de la nación más favorecida. Llegaron a Japón con intenciones económicas y mercantiles. No querían construir grandes infraestructuras como hicieron franceses y holandeses anteriormente sino conseguir un buen trozo del pastel comercial, como hicieron años antes las otras potencias occidentales.
A partir de 1860 el comercio con los ingleses representaba más del 75% del total y a mediados de la década una treintena de trabajadores fueron contratados por el bakufu. La llegada de los ingleses y su afán de comerciar abrió un futuro prometedor para los han del suroeste (los más contrarios a la política de aislamiento del gobierno Tokugawa). Estos buscaban un comercio más libre y, con la aparición de esta nueva potencia occidental, vieron la posibilidad de obtener productos que el bakufu no les podía proporcionar. Al mismo tiempo los han empezaron a enviar estudiantes hacía Inglaterra.
Las misiones e intercambios con los americanos fortalecieron la idea de la necesidad de aprender inglés. Se abrieron algunas escuelas en Nagasaki y Yokohama y se iniciaron las negociaciones para abrir una en la capital, Edo. Al mismo tiempo, los ingleses se cubrieron las espaldas a la hora de signar cláusulas con los japoneses que les perjudicaran una vez fueran despedidos.
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