Los franceses
En 1865, sólo un año después que el ministro francés León Roches llegara a Japón, se había formado dentro del gobierno un grupo de amistad con Francia. A través del ministro Roches, el gobierno Tokugawa emprendió diversos proyectos con los franceses, que llevarían a los trabajadores galos a situarse al frente del grupo de empleados occidentales contratados por el bakufu y los han.
Se creó una industria de fundición en Yokohama y unos astilleros en Yokosuka, sin olvidar la importancia del entrenamiento militar del ejército del bakufu y las misiones nacionales.
Con todo, rápidamente empezaron a surgir las primeras divergencias y conflictos entre japoneses y franceses en materia de trabajo y funcionamiento que, en ocasiones, llevaron al primer ministro francés a replantearse la suspensión de los proyectos iniciados en el país nipón.
Los presupuestos no cuadraban y el gobierno empezó a constatar que los honorarios recibidos por sus trabajadores eran, tan solo, un tercio del emolumento pagado a los franceses. Los oficiales japoneses también tuvieron conflictos con los galos en las misiones militares y surgieron problemas con las monedas y sus valores.
Finalmente, y durante los últimos años del shogunato Tokugawa, el régimen militar nipón rehusó la ayuda ofrecida por Roches para luchar contra la escalada de guerra civil. La tensión aumentaría cuando cinco miembros de la misión francesa, con conocimiento de sus superiores, se unieron a los disidentes para derrocar al gobierno Tokugawa.
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