miércoles, 21 de septiembre de 2011

Historias de gatos (3)

Ito Soda, aún despierto, observó que las puertas correderas de la habitación se deslizaban sigilosamente y, tras unos segundos, una hermosa mujer entraba con cautela. Sonrió maliciosamente al ver a los vasallos dormidos y estaba a punto de acercarse al príncipe cuando se fijo en Ito Soda.

Habló educadamente con él y se acercó al príncipe para preguntarle cómo se encontraba, pero el joven se encontraba demasiado débil para responder. Ito Soda observó todos y cada uno de los movimientos de la dama, le dio la impresión de que trataba de embrujar al príncipe pero, debido a su soñoliento estado, tuve que resignarse sin lograr su objetivo.

Por la mañana los vasallos se despertaron y descubrieron, avergonzados, como Ito Soda había resistido al sueño. Los consejeros alabaron al joven por su lealtad y su resolución y le ordenaron que vigilara de nuevo la noche siguiente. Así lo hizo. Una vez más comprobó como la falsa O-Toyo entraba en los aposentos del enfermo y volvía a salir frustrada por no haber podido embrujar al príncipe.

Muy pronto, gracias a la vigilancia de Soda, el príncipe pudo volver a dormir con tranquilidad y, sorprendentemente, fue mejorando pues la falsa O-Toyo, al haber sido descubierta en dos ocasiones, dejó de molestar al leal vigilante. Ito Soda, preocupado por estos sucesos, informó a los consejeros de que la dama llamada O-Toyo debía de ser algún tipo de espectro.

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