El gato vampiro
El príncipe de Hizen, un distinguido miembro de la familia Nebeshima, paseaba por el jardín en compañía de O-Toyo, la favorita de entre todas sus damas. Cuando el sol se ocultó, se retiraron al palacio pero no se dieron cuenta de que un gran gato les seguía.
O-Toyo fue a su habitación y pronto se durmió. A la medianoche se despertó de repente y miró a su alrededor, como si intuyera una presencia extraña en su cuarto. Al final distinguió en la oscuridad un gato enorme acechando muy cerca de ella. Antes de que pudiera gritar pidiendo ayuda, el gato saltó sobre ella y la estranguló. Después el felino excavó un hoyo bajo el porche, enterró el cuerpo de la joven y asumió su forma.
El príncipe, desconocedor de la tragedia, continuó enamorándose de la falsa O-Toyo, sin saber que estaba acariciando una bestia feroz. Poco a poco el príncipe comenzó a darse cuenta de que sus fuerzas decaían, hasta que un día cayó gravemente enfermo. Los médicos intentaron aliviar su dolencia pero no pudieron dar con un remedio eficaz. Observaron que el paciente sufría más por las noches y que terribles sueños los acosaban. Decidieron que cien de sus vasallos se sentarían junto a su señor para vigilar su sueño.
Los vigilantes entraron en la habitación del enfermo y se acomodaron pero justo después de las diez fueron presa de un misterioso sopor y se durmieron. Entonces la falsa O-Toyo se deslizó dentro de la habitación e incomodó a velar a su señor pero siempre caían rendidos a la misma hora. Incluso sus tres consejeros más leales y valientes sufrieron esta experiencia.
Historia sacada de Mitos y Leyendas de Japon. F. Hadland Davis. Satori Ediciones. 2008.
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