martes, 31 de agosto de 2010

Un año después vuelvo a Japón!

Hace un año, por estas fechas, emprendí mi primer viaje a Japón. Durante el mes que estuve estudiando allí, quedé prendado de todo lo que rodeaba al país del sol naciente. Su gente, sus costumbres, la comida, los paisajes y un sinfín de experiencias que conocí de primera mano y que os fui contando a través de este mismo blog.

Un año después vuelvo a hacer la maleta. Una maleta mucho más grande. La beca que me otorgaron me permitirá estudiar durante un año en una universidad de Kyoto y de este modo, poder terminar mis estudios en Asia Oriental. Una experiencia que, sin duda, aprovecharé al máximo y que podréis ir siguiendo en esta misma página.



No me queda nada más que decir, solamente 読んでくれるありがとうございます! またね!(Gracias por leerme y hasta pronto!)

sábado, 28 de agosto de 2010

Jizô el protector de los niños

Jizô, el dios de los niños y el que calma las tempestades, es una de las divinidades budistas más queridas, cualidad que comparte con Kannon, la diosa de la Misericordia. Los dioses más populares, tanto en Oriente como en Occidente, son siempre aquellos que poseen las cualidades más humanas, cualidades antropomórficas. Jizô, pese a ser de origen budista es esencialmente japonés y encarna a innumerables mujeres japonesas, que anhelaron proyectar en el Más Allá la imagen de una deidad que fuera a la vez Madre y Padre de las almas de sus retoños. En esto consiste básicamente la figura de Jizô, un dios de corazón femenino no susceptible de ser analizado en pesados debates teológicos.

Un estudio detallado de la naturaleza de Jizô revela todas aquellas cualidades ideales de la mujer japonesa: el amor, el sentido de la belleza y su infinita compasión (cualidad primordial de los Bodhisattva –héroe de la compasión- en el Budismo mahayana). Esta deidad posee también toda la sabiduría del Buda Histórico (Siddhartha Gautama), con la salvedad de que Jizô prescindió del nirvana para poder convertirse en el compañero de juegos y protector divino de todos los niños japoneses. Es el dios de las sonrisas, enemigo de los espíritus malévolos y el único que puede reconfortar a una madre cuyo hijo falleció.

Para la mujer japonesa que ha tenido que enterrar a su pequeño, todos los ríos conducen sus aguas de plata al lugar donde el siempre bondadoso Jizô está aguardando. Por eso las madres que han tenido tal desgracia escriben oraciones en pequeñas tiras de papel y las dejan en las aguas de los ríos para que la corriente las arrastre hacia el gran Padre y Madre espiritual, que responderá a sus peticiones con una afable sonrisa.




El cauce seco del río de las almas

Bajo la tierra discurre el Sai-no-Kawara (cauce seco del río de las sombras). Éste es el lugar al que van los niños cuando mueren. Allí los pequeños juegan con el sonriente Jizô y construyen pequeñas torres de piedras que jalonan todo el cauce del río. Las madres de los niños, en el mundo de los vivos, también construyen torres de piedras alrededor de las imágenes de Jizô pues estas pequeñas construcciones representan oraciones; son también protecciones contra los oni, o espíritus malignos. A veces, en el cauce seco del río de las almas, los oni consiguen una victoria temporal y derriban las torres levantadas por los pequeños espíritus de los felices niños. Cuando sucede algo así, las risas se apagan y los pequeños corren buscando la protección del risueño Jizô. Éste los oculta bajo sus largas mangas y espanta a los oni de ojos rojos con su sagrado báculo.

El lugar en el que moran las almas de los niños es sombrío y gris; oscuras colinas y valles bordean el camino que recorre el Sai-no-Kawara. Todos los niños llevan vestimentas blancas y, si de vez en cuando los espíritus malvados los asustan, Jizô siempre seca sus lágrimas y hace que regresen a sus juegos infantiles.

Historia sacada de Mitos y Leyendas de Japon. F. Hadland Davis. Satori Ediciones. 2008.

jueves, 26 de agosto de 2010

El Richard Gere japonés

Hablar de política en Japón es una cuestión compleja. Cinco han sido los primeros ministros que han tomado el mando desde que en 2006 Junichiro Koizumi abandonara las riendas del órgano ejecutivo nipón. Es decir cinco primeros ministros en cinco años.

En este aspecto, Koizumi es un caso especial. Apareció por primera vez en las elecciones a la Dieta Nacional de 2001, donde su partido, el Partido Liberal Democrático (LDP), obtuvo los mejores resultados de su historia. Un hombre excéntrico, atractivo dirán algunas (se le llegará a comparar con Richard Gere) y diferente a todo lo visto hasta la fecha. Koizumi terminaría siendo Primer Ministro gracias al apoyo, por primera vez, de todas las prefecturas en bloque que consiguieron dejar a un lado el gran poder de las facciones del LDP.

Koizumi diseñó su primera campaña con el objetivo de eliminar las “familias internas del partido” y así terminar con la corrupción que estas generaban. De algún modo, se ponía en contra de todos aquellos que no aceptaban la “reforma política” (terminar con el caciquismo existente dentro de los partidos y la corrupción que ello conllevaba). Una reforma que él enfocó en la privatización de correos.
Se convirtió en un Primer Ministro carismático, con aires americanos y con unas ideas transgresoras y liberales que buscaban dar un giro de 180º a la estancada política nipona. Koizumi fue capaz de reestructurar su propio partido desde dentro poniendo punto y final al poder de las facciones, eliminando las disidencias internas e incluso haciendo ver al electorado que él era sinónimo de cambio. Su lema: para cambiar Japón, si hace falta destruiré al LDP.
Propuso privatizar correos, una entidad que, en Japón, actúa como principal caja de ahorros y donde la mayoría de ciudadanos tiene abierta una cuenta corriente. Koizumi pensaba que con el dinero generado por la privatización el LDP sería capaz de otorgar préstamos a las zonas rurales, financiar grandes proyectos de obras públicas, ayudar al sector de la construcción y en última medida, terminar con la deuda que el país acarreaba desde hacía años. En definitiva, un negocio que generaría grandes ingresos dentro de las arcas públicas.



Su propuesta fue aprobada finalmente en la Cámara baja, pero no así en la Dieta Nacional, donde sería revocada por los miembros del LDP. Seguro de sus posibilidades decidió disolver la Cámara baja y convocar nuevas elecciones el 11 de setiembre de 2005. Los resultados volvieron a ser sorprendentes consiguiendo otra vez mayoría absoluta. Aún así, tuvo que enfrentarse a su propio partido para mantener los ideales por los que tanto había luchado y finalmente romperá el statu quo de la política japonesa con una propuesta electoral que pasará a los anales de la historia.

Americanizará la campaña de 2005 y con su idea de privatizar correos será capaz de “esconder” temas de la agenda política como la reforma de la Constitución o la guerra de Irak. Conseguirá mediatizar todo el proceso haciendo que los medios de comunicación, poco receptivos a la política hasta entonces, se hicieran eco de todo. Enviará los apodados asesinos de Koizumi (personajes mediáticos como cocineros, modelos, presentadores de televisión, etc.) a las circunscripciones electorales para hacer campaña por los candidatos de su partido y de paso conseguirá movilizar a las mujeres y a los jóvenes, muy poco interesados en la política.
Sin duda, un primer ministro que no pasó de puntillas por la política japonesa y que, probablemente, no quedará en el olvido.

martes, 24 de agosto de 2010

Malos tiempos para visitar Japón

El artículo de hoy lo “dedico” a todos aquellos que como yo nos vamos a Japón a estudiar en un plazo de dos a tres semanas. Se acerca la fecha señalada y hacer cábalas y ecuaciones, así como agobiar a los distintos bancos y cajas del país para buscar el mejor cambio posible se ha convertido en nuestro pan de cada día. La relación euro/yen ha bajado sobremanera en las últimas fechas. El año pasado 1€ lo cambiaban a 136¥, ahora mismo con 1€ sólo nos dan 106¥. El contexto macroeconómico de crisis y la noticia, que ya publiqué hace un par de días, en la que China se aupaba al segundo puesto de las economías mundiales tienen parte de culpa de la actual situación del yen.

El yen se ha convertido estos días en el punto de mira de los profesionales bursátiles de todo el mundo. Los rumores surgidos en relación a la moneda nipona y la decisión del Gobierno Japonés de no intervenir en los mercados centraron la atención de los inversores, al mismo tiempo que el yen pasaba a ser el protagonista del mercado Forex.

En una conversación telefónica entre el primer ministro japonés, Naoto Kan, y el jefe del Banco de Japón, Masaaki Shirakawa, se acordó trabajar conjuntamente sobre la apreciación del yen, aunque se evitó tomar medidas adicionales de alivio monetario. Este último detalle es uno de los motivos que llevaron a los operadores a inclinarse por el yen. Una moneda que, comenzaba el mes en máximos de 15 años. Unos máximos que pronto se irían ajustando ante las especulaciones que apuntaban a que el Banco de Japón podría adelantarse a la presión del Gobierno por alivios monetarios. No ha sido así. Aunque el Ejecutivo ya está estudiando la manera para evitar apreciaciones de su moneda.

Lejos de su propósito, el yen se acercaba hace un par de días a su mayor nivel frente al dólar desde 1995. Y es que es poco probable que el Banco de Japón tome medidas antes de la reunión ordinaria de política monetaria de los días 6 y 7 de septiembre. Sólo podrían haber cambios si el yen se encaminase a su minimo histórico por debajo de las 80 unidades por dólar, a un ritmo de 2 a 3 yenes por día.

El Gobierno está tratando de diseñar una serie de medidas para comienzos de septiembre con miras a respaldar la economía, entre las que podría incluirse la extensión de los subsidios para la compra de electrodomésticos que emplean energía limpia y para la compra de viviendas para estimular el gasto del consumidor.


Noticia publicada por el periódico El Econ0mista del día 24 de agosto de 2010

domingo, 22 de agosto de 2010

Japón, cuna de las artes marciales

Los países del Asia Oriental como Japón son conocidos por la gran variedad de artes marciales que practican. El sumo es un deporte originario del país nipón, quizás el más conocido, pero existen gran cantidad de prácticas que llegaron de China con el budismo. Los conceptos necesarios para llevar a cabo cada una de estas disciplinas los desarrollaron los monjes al crear técnicas para defenderse de los bandidos a lo largo de sus viajes.

Las artes de lucha más antiguas son el kenjutsu (basado en el arte de la esgrima de los samuráis), el jûjutsu (se combate sin usar armas de la época medieval –Edo-) y el kyûjutsu (arquería del período Kamakura ). En cada una de estas artes marciales aparece el sufijo –jutsu, que traducido a nuestra lengua vendría a ser algo como “habilidad”. Más tarde, durante el Período Meiji, la “habilidad” sería sustituida por el “camino” o el –do.

Las artes marciales siempre incluyeron en su definición tanto la disciplina espiritual como el entrenamiento corporal, aunque el énfasis se inclinó hacia la primera durante el siglo XIX. El kendo (camino de la espada) fue incluido en el plan de estudios nacionales durante el siglo XIX y parece que aún se practica en escuelas y universidades. Lo mismo puede decirse del kyûdo (arquería), cuyos principios espirituales provienen de la rama budista zen. Todas estas disciplinas se enseñan en las escuelas dojo. La mayoría utilizan el sistema de grados dan, en el que se mide la pericia del primer al sexto dan, que corresponde a los cinturones de color que se llevan puestos; el negro suele simbolizar el nivel más alto.



Por su parte, encontramos el deporte o arte marcial más conocido fuera de Japón, el judo. Se trata de una síntesis de jûjutsu, formación espiritual y otras artes de lucha más antiguas que incluyen llaves y derribos. Fue creado a principios del siglo XIX y en la década de los 1930 se convirtió en deporte nacional aunque poco después, con la ocupación americana, fue prohibido como todas las demás disciplinas. En 1964 y coincidiendo con la celebración de las Olimpíadas en Japón, el judo sería incluido como especialidad olímpica.

El kárate (manos desnudas), considerado un pariente cercano del kung-fu, es de origen chino. Fue muy practicado en Okinawa tras su introducción en el siglo XIV, aunque no llegaría al Japón central hasta principios del siglo XX. Similar a otras muchas artes marciales en cuanto a su demanda de dedicación y concentración espiritual utiliza diversos golpes con manos, puños y pies y difiere de las demás disciplinas por un declarado énfasis en el ataque.

Finalmente, el aikido. Creado en la década de 1920 y basado en artes antiguas de autodefensa es la más espiritual de todas las artes marciales. La clave de esta práctica se encuentra en derribar al oponente utilizando su propio impulso. El aikido, que toma prestados algunos movimientos de la danza clásica japonesa, incluye también la meditación zen a fin de facilitar el flujo de chi, la fuerza vital, a través del cuerpo del practicante.

La gran mayoría de estas artes marciales se pueden practicar ya en nuestro país. Muchos gimnasios ofrecen la posibilidad de iniciarse en jûjutsu, kyûdo, judo, kárate o aikido, sólo hace falta buscar un poco y averiguar cuál es el sitio que más os convenga.

viernes, 20 de agosto de 2010

China desplaza Japón como segunda potencia mundial

Hace ya un tiempo que no escribo un artículo económico y creo que ya va siendo hora. Se veía a venir y finalmente China ha desplazado Japón como segunda potencia económica mundial. El único país que aún parece fuera del alcance del gigante asiático son los Estados Unidos, aunque algunos analistas como Goldman Sachs o Pricewaterhouse Coopers empiezan a ver el final de la hegemonía norte americana a partir de la siguiente década.

Cuatro años atrás China superó a Gran Bretaña, luego sucumbió Alemania y la última víctima ha sido Japón, que parecía resistirse. Un ascenso meteórico, el de China, que en el segundo trimestre descabalgó Japón de la segunda plaza. El producto interior bruto de Japón entre abril y junio creció tan sólo un 0,4% a ritmo anual, muy por debajo del 2,3% que esperaban sus dirigentes, y un 0,1% respecto al trimestre anterior. Con estos datos, el PIB nominal japonés ascendió a los 1,286 billones de dólares, por debajo de los 1,335 billones de China. Parece que el ritmo de crecimiento chino, un 9%, frente al 3% de Japón hace vaticinar un relevo inminente en la segunda posición de este ranking de economías mundiales.

Estados Unidos, Japón y Europa han confiado durante la crisis en la fuerte demanda china, que seguía creciendo a ritmos impensables para cualquier otro país. Aún así parece que esta demanda no será suficiente para que Japón abandone la época de recesión económica que vive desde hace ya más de una década. El país asiático ocupaba el segundo lugar desde que en 1968 superó a Alemania Occidental. La industria y una economía basada en las exportaciones permitieron a Japón renacer de sus cenizas después de la Segunda Guerra Mundial. En estos momentos, las tornas han cambiado y el llamado “milagro económico” parece haber saltado del archipiélago al continente siendo el turno de China. Crecimientos tímidos durante años, problemas económicos endémicos y una larga sucesión de primeros ministros en apenas un lustro parecen haber terminado con los días de gloria japoneses.



Naoto Kan, actual primer ministro, hereda una población cada vez más envejecida y menguante, una demanda interna débil, deflación, exportaciones a la baja y un horizonte oscuro. A ello, le sumamos la cotización de la moneda nacional, el yen, que ha alcanzado máximos históricos respecto al dólar generando un escenario desfavorable para las exportaciones. Un “decadencia” que coincide con la pujanza china, que intenta contener su crecimiento por miedo al sobrecalentamiento. Un dato a tener en cuenta es que la economía china, a día de hoy, es 90 veces mayor que cuando Deng Xiaoping inició las reformas en 1980.
China entró en la actual recesión mundial la última y salió de ella la primera para tirar del carro global. Desde el año pasado su mercado automovilístico supera al estadounidense y sus exportaciones ya son mayores que las alemanas. Es el primer comprador de mineral de acero y el segundo exportador de crudo, al mismo tiempo posee cuatro de las diez empresas más importantes del mundo. Aún teniendo en cuenta el contexto China sigue siendo el primer socio comercial de Japón, a pesar de no haberse limado los constantes roces diplomáticos. La escalada económica china ha venido acompañada de un aumento de su influencia en el mundo, mientras que la diplomacia nipona sigue pareciendo un simple apéndice de la estadounidense.

En cambio, en términos de renta per cápita China sigue ocupando puestos muy por debajo de su posición económica mundial. Se sitúa en el puesto 127, en el bloque africano con 3.600 dólares, menos de la décima parte de los 37.800 dólares de Japón. Las cifras macroeconómicas no esconden la realidad cotidiana del país más poblado del mundo, un país que aún sigue en vías de desarrollo.

jueves, 19 de agosto de 2010

Los fantasmas de Dan-no-ura (2)

Continuemos con la historia de Hôichi

Una vez finalizada la actuación, la mujer que había guiado a Hôichi le informó que su señor había quedado impresionado y deseaba escucharle las seis noches siguientes. “El vasallo que te ha ido a buscar esta noche te recogerá mañana en el templo a la misma hora. Debes guardar estas visitas en secreto. Ahora vuelve a tu hogar”.
A la noche siguiente, Hôichi acudió a su cita y nuevamente entretuvo a su audiencia con gran éxito. Pero en esta ocasión su ausencia llamó la atención de sus compañeros sacerdotes. Al regresar, uno de sus compañeros le preguntó donde había estado pero él evadió las preguntas y solo respondió que estuvo fuera por motivos personales. Las reticencias de Hôichi hicieron creer a sus compañeros que algo le sucedía y empezaron a pensar que los malos espíritus habían angustiado al sacerdote ciego. A partir de ese momento se acordó vigilar a Hôichi de cerca y, si durante la noche abandonaba el templo, los sirvientes le seguirían.

Una noche más Hôichi salió de su habitación. Los sirvientes se apresuraron a encender linternas de papel para seguirle, tal y como se les había ordenado. Pero a pesar de andar rápidamente y buscarle por todas partes, no encontraron ni rastro del sacerdote ciego. No obstante, cuando estaban de regreso, se sobresaltaron al escuchar el sonido de un biwa en el cementerio del templo y al entrar en el siniestro lugar pudieron divisar a Hôichi. Estaba sentado en la tumba de Antoku Tenno, el emperador niño, y tocaba mientras cantaba la historia de la batalla de Dan-no-ura. Alrededor del sacerdote brillaban misteriosos fuegos, como una gran reunión de llamas trémulas.
“!Hôichi¡, ¡Hôichi¡ -gritaron- ¡Deja de tocar¡ ¡Estas hechizado, Hôichi¡” Pero el sacerdote ciego prosiguió tocando y cantando, cautivado por un sueño misterioso y siniestro. Así que los sirvientes decidieron recurrir a medios más drásticos. Le agitaron bruscamente y le gritaron: “!Hôichi¡, vuelve con nosotros ahora!” El sacerdote los reprendió diciendo que semejante interrupción no sería aceptada por la noble asamblea reunida para escucharle. Los sirvientes, sin dudar, arrastraron a Hôichi contra su voluntad y lo llevaron al templo.



Informado de lo sucedido, el sacerdote compañero de Hôichi estaba muy enfadado con su amigo y le exigió una explicación. Hôichi, tras vencer las dudas, relató lo que había ocurrido y, cuando finlizó, su compañero replicó: “!Pobre amigo mío¡ Deberías habérmelo contado antes. No has estado visitando la mansión de ningún señor. Has estado en el cementerio, sentado en la tumba de Antoku Tenno. Tu gran talento ha despertado la curiosidad de los fantasmas del clan Taira. Hôichi, corres un grave peligro pues si obedeces a estos espíritus, acabarás bajo su poder y tarde o temprano te matarán. Por desgracia esta noche tengo que salir a celebrar un servicio religioso, pero antes de partir encargaré a alguien la tarea de escribir sobre tu cuerpo los textos sagrados”. Antes de la llegada de la noche, un acólito escribió los ideogramas del sutra Hannya-Shin-Kyô en la cabeza, en el pecho, la espalda, la cara, el cuello, los brazos, las piernas, los pies incluso en la planta de estos. El sacerdote le dijo: “Hôichi, esta noche serás convocado de nuevo. Permanece en silencio, sentado e inmóvil, meditando continuamente. Si lo haces nada malo te sucederá”.

Sentado en soledad bajo el porche, una noche más, Hôichi escuchó el sonido de unas pisadas. ¡Hôichi¡”, gritó una voz grave. Pero el sacerdote ciego no contestó. Permaneció inmóvil y aterrorizado. Escuchó su nombre una y otra vez. “Esto no puede ser –bramó el extraño visitante-. Debo encontrar al sacerdote”. El visitante subió al porche y se paró al lado de Hôichi, que temblaba de miedo. “!Ya veo¡. Aquí está el biwa pero en lugar del músico hay sólo dos orejas. Ni tan solo una boca, solo las orejas! No importa, se las llevaré a mi señor”. Y así fue. En un abrir y cerrar de ojos el frío acero corto de cuajo las orejas de Hôichi. A pesar del inmenso dolor, el sacerdote permaneció en silencio. El extraño se fue, y cuando sus pasos se perdieron en la lejanía, el único sonido que Hôichi podía percibir era el goteo de la sangre sobre el suelo del porche. En esta lamentable condición lo encontró su amigo al regresar. “!Pobre Hôichi¡ Ha sido culpa mía. Confié en que mi acólito escribiría los textos sagrados por todo tu cuerpo, pero se olvidó de las orejas. Por lo menos, esos espíritus no volverán a molestarte en el futuro”. Y desde ese día el sacerdote ciego comenzó a ser conocido como Mimi Nashi Hôichi, Hôichi el Desorejado.

Historia sacada de Mitos y Leyendas de Japon. F. Hadland Davis. Satori Ediciones. 2008.

miércoles, 18 de agosto de 2010

Los fantasmas de Dan-no-ura

Hoy presento otra historia sobre la extensa mitología japonesa. En esta ocasión, la leyenda se remonta a la batalla naval de Dan-no-ura, el último conflicto entre los clanes Taira y Minamoto en 1185, donde se decidiría el futuro político del país con la aparición del primer gobierno shogunal en Kamakura. Clave de la victoria del clan Minamoto fueron sus dos grandes guerreros: Minamoto Yoshitsune, hermano del futuro primer shogun Minamoto Yoritomo, y su leal y poderoso vasallo Benkei.

Se dice que durante siete siglos la costa en la que se celebró la gran batalla fue asediada por los fantasmas del clan Taira. Extraños resplandores brillaban en las olas y en el aire resonaba el fragor de la contienda. Para apaciguar a los desafortunados espíritus se construyeron en Akamagaseki el templo de Amidaji y un cementerio donde se erigieron varios monumentos en los que se grabaron los nombres del emperador Taira y sus principales vasallos. El templo y el cementerio calmaron a los fantasmas hasta cierto punto pues, como veremos a continuación, de cuando en cuando sucedían cosas extrañas.

Hôichi el desorejado

Hace mucho tiempo vivió en el templo de Amidaji un sacerdote ciego llamado Hôichi. Era muy famoso por sus cualidades de rapsoda y su habilidad tocando el biwa (un laúd de cuatro cuerdas). Le gustaba sobremanera recitar historias relacionadas con el prolongado enfrentamiento entre los clanes Taira y Minamoto.
Una noche, Hôichi se quedó solo en el templo y como era una noche calurosa se sentó en el porche a tocar su querida
biwa. Mientras disfrutaba de las notas musicales, oyó que alguien se acercaba por el pequeño jardín trasero del templo. Al poco una voz profunda gritó por debajo del porche: “¡Hôichi!”. Y de nuevo se volvió a escuchar: “¡Hôichi!”. El monje, alarmado, contestó que era ciego y que necesitaba saber quién había venido a visitarle. “Mi señor– respondiendo el desconocido- ha venido hasta Akamagaseki acompañado de sus nobles con el propósito de visitar el escenario de la batalla de Dan-no-ura. Ha sabido de tu excelente forma de relatar la historia del conflicto y me ha ordenado que venga a buscarte para que le muestres sus habilidades. Trae tu biwa y sígueme. Mi señor y su venerable séquito aguardan ahora tu honorable presencia”.



Hôichi, creyendo que se trataba de algún samurái noble, obedeció de inmediato. Se puso sus mejores ropas y cogió el instrumento. El desconocido le guió, con la mano fría como el metal, y juntos caminaron con paso presuroso. Hôichi escuchaba el sonido metálico de la armadura de su guía pero no sentía temor, más bien deseaba reunirse con tan distinguida compañía y tener el honor de demostrar sus habilidades. Al llegar a la puerta el desconocido gritó: “¡Kaimon!”. De inmediato la puerta se abrió y los dos hombres entraron. Hôichi escuchó el sonido de distintos pies al caminar, el sonido característico de las puertas deslizantes. Alguién le ayudó a subir unos cuentos escalones y, al llegar arriba, una mujer le guió de la mano hasta llegar a un cuarto donde a él le pareció que tenía lugar una populosa reunión. Escuchó el sutil murmullo de las voces y el roce de las prendas de seda.
Cuando se hubo sentado sobre un cojín, la mujer le pidió a Hôichi que recitara la historia de la gran batalla de Dan-no-ura. El monje comenzó a cantar acompañado de su biwa. Sus habilidades musicales eran tales que las cuerdas del instrumento parecían imitar el sonido de los remos y de los barcos, los gritos de los hombres, el estruendo de las olas y el silbar de las flechas. Una ola de entusiasmo aplaudió la maravillosa interpretación de Hôichi. Animado por los aplausos continuó cantando y tocando aun con mayor maestría. Cuando cantó la muerte de las mujeres y los niños y del hundimiento en las aguas de Niidono con el niño emperador en sus brazos, la noble audiencia comenzó a llorar y lamentarse.

Hasta aquí la primera parte de la historia sobre la batalla de Dan-no-ura.

viernes, 13 de agosto de 2010

Comer en Japón No es caro

Cuando hablas de Japón con la gente, te das cuenta que los tópicos existentes a finales de los años 90 no han desaparecido. Es el país de la tecnología, todo el mundo lee manga y juega a la videoconsola, comen sushi cada día, son una de las sociedades más ricas y más caras del mundo y así un largo etc. Desde Occidente, alguno de estos clichés puede llegar a ser cierto pero una vez aterrizas en el archipiélago la mayoría de ellos se desmontan. Es el caso de la comida y más concretamente su precio. Se tiende a pensar que degustar la gastronomía nipona sale por un ojo de la cara y nada más lejos de la realidad.

Normalmente, en nuestro país, España, los menús oscilan entre los 9 y los 13 euros de media mientras que en Japón uno puede comer por tan sólo 3 o 4 euros al cambio, buscando bien eso sí. Además, en el país del sol naciente el agua, fresca y salida directamente de los centenares de fuentes naturales es gratuita. No hace falta decir que un restaurante de la gama media, más allá de su especialidad, podría llegar a costar entre 5.000 y 10.000 yenes por persona y en los establecimientos de primera fila los precios llegan a ser abusivos. En Tokio, por ejemplo, uno puede comer de manera económica evitando las hamburgueserías y las omnipresentes cadenas de comida rápida: los restaurantes de barrio pueden tener menos ambiente quizás, pero siempre ofrece mejores precios. Hay establecimientos de fideos y de platos de arroz por doquier, la opción del kaiten-zushi (platillos de sushi que desfilan por una cinta transportadora junto al mostrador a precios tan discretos como 100 yenes la pieza) siempre es barata y sabrosa y las tortas de okonomiyaki (parecidas a la tortilla) constituyen un plato siempre satisfactorio, divertido y asequible. Si todo esto fallara, uno puede seguir el ejemplo de los estudiantes del lugar y dirigirse a un supermercado veinticuatro horas, los denominados convini (convenience store), en los que siempre es posible degustar comidas ligeras y algún tentempié listo para comer al momento. Es el caso del famoso O-bento (cajas de almuerzo), del onigiri (bolas de arroz de forma triangular rellenas y envueltas en algas secas) o de los instanto nodoru (fideos instantáneos), la comida rápida por excelencia.



Para quien guste de la comida china, la italiana o la francesa, no escasean las opciones tampoco. A grandes trazos, Ginza alberga los restaurantes caros haciendo gala de su estatus de “lujo”, Shimbashi es para los oficinistas estridentes, Shibuya para la juventud con montones de establecimientos de comida rápida y Aoyama, Azabu y Roppongi para la gastronomía de vanguardia. Akasaka por su lado ofrece una amplia variedad de posibilidades, mientras que Shinjuku lo tiene todo: desde bares de diseño hasta garitos insalubres. Aparte de los establecimientos de fideos, la gran mayoría suele cerrar entre comidas. La carta no suele estar disponible en inglés, ni mucho menos en otros idiomas, pero muchos locales cuentan con escaparates donde exponen reproducciones de plástico de sus platos para guiar a sus clientes. En caso de duda, los pisos superiores de los grandes almacenes ofrecen una buena selección gastronómica local e internacional y, además, sus restaurantes de estilo japonés ofrecen mayor diversidad, en lugar de concentrarse en una sola especialidad.

Al anochecer, después de la larga jornada de trabajo, muchos japoneses suelen abarrotar las denominadas izakaya (bares-restaurante), donde se ofrece comida local y alcohol a precios razonables, con una calidad más que aceptable y en un ambiente inconfundiblemente nativo. Estos locales suelen identificarse por una guirnalda de farolillos rojos sobre la puerta y, aunque las izakayas no ofrecen comidas completas, nadie le va a presionar para terminar rápido. Estos locales suelen ofrecer sashimi (filetes de pescado crudo), pescado a la parrilla, pollo yakitori (pinchitos de pollo frito), tofu, verduras y, una vez se concluye con la bebida, arroz o fideos.

Quizás una de las cosas que más me sorprendieron durante mi experiencia pasada en Japón fue la inmensa cantidad de restaurante que había, cada uno con su especialidad y con unos precios tan asequibles que nunca hubiera podido imaginar. Es cierto que si uno quiere puede degustar exquisiteces a precios tan altos o superiores a los de otros países occidentales pero si se es perspicaz, comer en Japón puede resultar una experiencia fascinante y francamente barata para los bolsillos.

miércoles, 11 de agosto de 2010

La llegada de la prensa a Japón

Aprovechando que hoy celebramos el post número 100 de este blog sobre Japón me gustaría hablar sobre la llegada de la prensa al país asiático. Un tema que atañe directamente a mi profesión, el periodismo.

Los medios de comunicación, desde siempre, han jugado un papel muy importante dentro de la sociedad a la hora de crear opinión pública. Europa, más concretamente Inglaterra, fue la cuna de los periódicos allá por el siglo XVIII con un claro propósito inicial de informar a los lectores de los sucesos más relevantes. Con todo, el desarrollo imparable de las sociedades convirtió el nuevo invento en un bumerán o en un arma de doble filo. Por un lado, los políticos serían capaces de utilizar estos nuevos medios para enviar mensajes a sus conciudadanos (y de este modo obtener más votos) pero por el otro, las informaciones dirigidas a la población podían desembocar en críticas abiertas en contra de sus gestiones.

Casi un siglo más tarde, los periódicos llegaron también a Japón. Lo hicieron a modo de innovación tecnológica en el momento en qué el país estaba inmerso en una de las reformas más importantes de su historia, la Restauración Meiji. En ellos se exponían las nuevas políticas, los avances y todas aquellas reformas que el gobierno tenía en mente para transformar Japón y abandonar de una vez el periodo Tokugawa. A si mismo, se fueron incorporando en las publicaciones todos los objetivos cumplidos y las normativas que, a partir de ese momento, regirían el país.



La llegada del nuevo Gobierno meiji provocó un cambio estructural y de contenido en los periódicos, que empezaron a centrarse en aspectos más sociales. Las empresas detrás de las publicaciones asumieron un papel preponderante y fue en épocas de “vacas flacas” cuando sus publicaciones consiguieron aún más poder, se volvieron más críticas y obtuvieron más repercusión social. Con todo, la independencia de estos medios siempre quedó en entredicho y es que a muchas publicaciones se las relacionaba con el nuevo Ejecutivo e incluso era habitual que se escribieran noticias dentro de las mismas oficinas gubernamentales. Los periódicos de esa época eran de tendencia conservadora, en ocasiones cercanos al gobierno y en sus mensajes se vislumbraba una de las máximas del pensamiento confuciano: el bienestar de la sociedad por encima de cualquier otro asunto. Se habían convertido en una herramienta indispensable para los políticos, que iniciaron un conjunto de medidas para ayudar al aumento de su difusión.

Algunos autores hablan de la prensa como uno de los pilares básicos de la modernización del país asiático y como causa aparente de la aparición de la democracia. Un escaparate donde difundir todo aquello que se iba construyendo y reformando, pero a su vez un sistema de marcaje a los nuevos mandatarios.

domingo, 8 de agosto de 2010

Apuestas ilegales en el mundo del sumo (2)

En el torneo tokiota del pasado mayo, unos 50 miembros de la Yamaguchi-gumi, la organización Yakuza más temida del país, aterrorizaron literalmente a buena parte de los asistentes cuando se dejaron ver ocupando las localidades vip del Kokugikan (uno de los esadios más importantes de Japón). También pusieron en alerta a las autoridades y a la JSA y precipitaron las pesquisas que han acabado por destapar la trama.

Sin embargo, el progresivo descalabro de este deporte viene de lejos. El posible amaño de los propios combates de sumo ya saltó a la luz después de que dos ex rikishis, Kan Konosuke y Hashimoto Seiichiro, fallecieran el mismo día de 1996 a causa de un problema respiratorio. Sin embargo, nunca se determinó si ambos fueron envenenados. Ambos habían confesado poco antes haber vivido una vida profesional cuajada de orgias sexuales, consumo de drogas y contiendas arregladas. En los años sucesivos, varios luchadores de primer orden fueron investigados por supuesto consumo de marihuana, algo que Japón penaliza severamente, y en 2007, Tokitaizan, un luchador de 17 años, falleció después de que varios de sus compañeros y su entrenador lo maltrataran durante horas golpeándolo con un bate. El último escándalo sucedió el pasado febrero, cuando el yokozuna (el rango más importante) Asashoryu abandonó el sumo después de reconocer que se había emborrachado y había agredido y amenazado de muerte al cliente de un bar en el barrio tokiota de Ginza.



Otro motivo por el que el sumo ha perdido popularidad entre los nipones es la creciente presencia y éxito de los luchadores extranjeros, que cada vez hacen más sombra a los rikishis nacionales. Basta con decir que el propio Asashoryu es mongol, al igual que Hakuho, ahora mismo el único yokozuna que permanece en activo, pese a estar también implicado en apuestas menores. Desde que el hawaiano Konishiki lograra ostentar la más prestigiosa categoría en 1993, la notoriedad de los extranjeros ha ido en aumento hasta el punto de que hoy casi la mitad de los luchadores que ocupan los primeros escalafones proceden de países como Mongolia, Rusia, Georgia o Bulgaria. Esto obligó a la JSA a endurecer las normativas y a prohibir desde 2002 que los establos reclutaran a más de un luchador foráneo cada año.

La investigación policial prosigue estos días con registros en varias heia y nuevas detenciones. Por otro lado, los oyakata que integran la junta directiva de la JSA han aceptado a regañadientes el nombramiento esta semana de Hiroshi Murayama como nuevo director de la asociación. Murayama, un ex alto cargo de la Fiscalía Superior de Tokio, sustituye temporalmente al depuesto Musashigawa y se convierte así en el primer director de la JSA que no ha sido luchador. Suyos son ahora los duros retos que afronta el sumo. Un deporte que debe recobrar su integridad, reclutar sangre nueva y recuperar la devoción de sus seguidores.

sábado, 7 de agosto de 2010

Apuestas ilegales en el mundo del sumo

Hace ya unos meses escribí una serie de artículos dedicados a la mafia japonesa, la Yakuza . Una de las organizaciones ilegales más grandes del mundo, pero que en Japón perece gozar de cierto margen de libertad. Pues bien, me gustaría hacer referencia a una noticia relacionada con esta banda del crimen organizado en la que se ha visto implicado el deporte nacional del país, el sumo.

El sumo se originó como parte de un ritual sintoísta que rogaba a los dioses por una buena cosecha. Ya en el siglo XVII pasó a convertirse en deporte profesional, aunque conserva hasta hoy la rígida integridad y los elementos ceremoniales del culto autóctono de Japón, como la purificación con sal del doyho o el ring circular donde se combate. La vida de los rikishis (luchadores) sigue siendo, en teoría, igual de estricta. Hasta que concluye su carrera, todos ellos están obligados a vivir en las heya (establos comunales), donde deben respetar un escrupuloso régimen diario a base de madrugones y ayuno, largas horas de entrenamiento y estudio, labores de limpieza del propio establo y, en el caso de los jóvenes, castigos corporales propinados por los oyakata (los maestros o entrenadores) cuando cometen algún desliz. Los novatos del heya, al que se puede acceder a partir de los 15 años, son los que soportan además las tareas más duras y deben cocinar, limpiar y servir a los veteranos. No es de extrañar que muchos jóvenes rikishis abandonen el sumo antes de cumplir los 20.



Según informaciones del periódico El País en su edición digital del día 11 de julio, el mundo del sumo fue salpicado a principios de ese mes por un escándalo de apuestas ilegales. Parece que este implica ya a unos 65 rikishis en activo, a otros muchos retirados, una docena de entrenadores y a miembros de la Yakuza. Un hecho inverosímil y difícil de creer que supuso la suspensión temporal de una veintena de deportistas así como la expulsión permanente de uno de los más prestigiosos maestros del sumo japonés. La respuesta no se hizo esperar y la radiotelevisión nipona (NHK) anunció que este año no iba a emitir en directo el honbasho de Nagoya, uno de los seis grandes torneos del año disputado entre el 11 y el 25 de julio. La cadena dejaba de ingresar de esta manera unos 3,5 millones de dólares y convertía su decisión en algo inédito desde que se empezara a retransmitir el sumo por la radio hace más de 80 años. A su vez, varios patrocinadores decidieron retirar su apoyo al torneo de Nagoya y los periódicos empezaron a buscar culpables a través de sus editoriales. Por su parte, el ministro de deportes japonés, Tatsuo Kawabata, solicitó la creación de un comité independiente para reformar la Asociación Japonesa de Sumo (JSA), dependiente de su cartera.

La afrenta resulta doblemente grave en este caso, pues, debido al origen sintoísta del sumo, los luchadores deben constituir un modelo de conducta para toda la nación. La misma que hace no mucho se enorgullecía de este deporte que representaba sus valores genuinos y cuya estética y funcionamiento jerárquico, dicen, siempre será algo difícil de desentrañar para el gaikokujin (el extranjero). Es por este motivo que la gran mayoría de la opinión pública no vio con malos ojos la no emisión del torneo por televisión.

En el siguiente artículo explicaré un poco más las causas que desencadenaron tal escándalo en el mundo del sumo.

lunes, 2 de agosto de 2010

Hablemos de dragones

El dragón (ryû en japonés) es uno de los seres más sorprendentes y, sin lugar a dudas, la más célebre de las bestias míticas. Aunque su origen hay que buscarlo en China, ha acabado íntimamente asociado a la mitología japonesa. Se trata de una criatura que vive (a algunos seguro que les sorprenderá) la mayor parte del tiempo bajo el agua, en el océano, en los ríos o en los lagos pero que también tiene la capacidad de volar y gobernar sobre las nubes y las tormentas. El dragón chino y el japonés son muy similares y ambos se asocian al elemento líquido, aunque difieren en el número de garras: el “animal” japonés tiene sólo tres, mientras que el dragón del Reino Celestial posee cinco.

La leyenda dice que el emperador chino Yao era hijo de un dragón y muchos de los soberanos de China han sido descritos metafóricamente como “rostros de dragón”. Se dice que estas bestias poseen cabeza de camello, cuernos de ciervo, ojos de liebre y que su piel está recubierta de escamas de carpa. A su vez, sus zarpas son como las de un tigre con garras de águila, posee un largo bigote y guarda una joya brillante bajo su barbilla. Una descripción un tanto generalizada y es que se habla de dragones que poseen cabezas tan extraordinarias que no pueden compararse con nada procedente del reino animal. El aliento del dragón produce nubes de las que pueden llover agua, incluso fuego. Su cuerpo se contrae y se expande a voluntad y posee el poder de la invisibilidad y de la transformación.



Seguro que muchos de vosotros identificareis el personaje de la segunda foto, Shenron, del manga/anime Dragon Ball de Akira Toriyama.

El dragón es también uno de los signos del zodiaco y a su vez, el encargado de gobernar los cuatro mares que delimitan la tierra habitable según la mitología china. Existen cuatro reyes Dragón. El Dragón Celestial, que gobierna las mansiones de los dioses; el Dragón Espiritual, encargado de dominar la lluvia; el Dragón Terrenal, quién marca el curso de los ríos y el Dragón del Tesoro Oculto o guardián de los metales y las piedras preciosas.

Para terminar, una historia de dragones:

Un dragón blanco que vivía en un lago de Yamashiro se transformaba cada cincuenta años en un pájaro llamado O-Goncho, cuyo canto se parecía al aullido de un lobo. Cada vez que el pájaro surcaba los cielos se producía una terrible hambruna. Una vez, mientras Fuk Hi observaba el Río Amarillo, apareció un dragón amarillo y le entregó un pergamino en el que estaban escritos unos caracteres extraños. Se dice que éste es el origen legendario del sistema chino de escritura, los futuros kanji japoneses.

Historia sacada de Mitos y Leyendas de Japon. F. Hadland Davis. Satori Ediciones. 2008.