miércoles, 29 de febrero de 2012

Las festividades más importantes de Japón

Hoy publico un artículo recibido en el concurso del blog.
Alberto C.L. hace un interesante repaso a las festividades más importantes de Japón.

Japón es un país que hoy en día todavía conserva la mayoría de sus festividades y ceremonias tradicionales, conocidas como matsuri. Las dos celebraciones nacionales más importantes son el Año Nuevo (de origen sintoísta) y la Fiesta de los Muertos (de origen budista).

Durante el Año Nuevo (Oshogatsu), casi todos los establecimientos permanecen cerrados. Es una tradición muy arraigada en la cultura nipona ir la noche del 31 de Diciembre o los días posteriores a un templo o santuario para pedir los deseos de año nuevo. Los templos suelen colmarse de puestos de comida y de recreativos ambulantes, creando un ambiente de feria muy agradable. Esta primera visita del año al templo recibe el nombre de Hatsumode.

La fiesta de los Muertos (Obon) es una celebración budista. Se celebra a mediados de agosto y dura tres días. El primero, se invita a los familiares fallecidos a regresar a casa, haciendo un fuego para iluminar su camino. El segundo día se prepara un gran banquete, convidando a los fallecidos al altar, y el tercer día se les invita a marcharse con el sonido de una campana. Este último día, muchas personas suelen dejar sus lámparas o barcos con velas en un río o en el mar, simbolizando el camino de vuelta de los fallecidos.



Los japoneses cuentan además con una serie de festivos en honor a la naturaleza o a las estaciones del año, lo que demuestra su sumo respeto por lo natural. Otras celebraciones nacionales importantes son el 15 de enero, día de la mayoría de edad, donde se celebran fiestas en honor a aquellos que ya han alcanzado los 20 años. El 5 de mayo es el día del niño, y en los jardines de los hogares se alzan grandes carpas hechas de papel o tela, y el 15 de septiembre el día del anciano.

Estas son, pues algunas de las fiestas tradicionales más importantes en este país. Hay otros muchos festivales que también merecen ser nombrados, como por ejemplo el hanami de los sakura, florecimiento de la bella flor del cerezo japonés, o el Hinamatsuri (fiesta de las muñecas) celebrado el 3 de marzo. Un día en el que las famiias rezan por la felicidad y la prosperidad de sus hijas, y éstas salen a la calle vistiendo sus mejores kimonos.

Artículo escrito por Alberto C.L.

lunes, 27 de febrero de 2012

El ascensor galáctico

De mis años en la facultad de periodismo conservo la pasión por la radio. Un medio de comunicación capaz de llegar a centenares de miles de personas con un simple click. Redactar noticias se convirtió en el pan de cada día y presentarlas delante de un micrófono parecía dar mucha más credibilidad al mensaje.

Con la radio en mente y aprovechando las capacidades multimedia de este espacio virtual empiezo una nueva sección en el blog. A modo de podcast, iré publicando artículos en formato de audio donde se mezclarán noticias, opiniones y comentarios de todos aquellos temas relacionados con Japón.

Para dar el pistoletazo de salida una noticia que sólo podía darse en el país nipón: el ascensor galáctico.

sábado, 25 de febrero de 2012

La religión ancestral de Japón (4)

El culto sintoísta se dirige a los volcanes y las montañas, a los ríos y a los árboles, en definitiva, a todo aquello que pertenece a la naturaleza. Por encima de todo, el sintoísmo es una creencia de agricultores, que se ocupa de los ciclos de las cosechas.

Desde las alegres hogueras de Año Nuevo, encendidas en los remotos santuarios del campo, a los espectaculares matsuri (festivales) a los que asisten cientos de miles de personas, el sintoísmo aglutina verdaderas comunidades. Los matsuri incluyen procesiones de mikoshi (palanquines o santuarios portátiles). Unos 70 millones de fieles visitan los santuarios en Año Nuevo para pedir la protección de los dioses para el año que empieza.

El sintoísmo evita la impureza y la contaminación de la sangre, la muerte y la suciedad. Por lo tanto, si visita un santuario, antes de entrar es común lavarse las manos y enjuagarse la boca en el aljibe que hay junto a la puerta. A continuación, se anuncia la presencia a los dioses tirando de la cuerda de la campana que cuelga ante el altar; echar unas monedas es un acto común antes de dar dos palmadas y terminar orando mientras se hace la típica reverencia nipona ante el altar.

El pragmatismo de la sociedad japonesa ha permitido que el culto al sintoísmo se haya mezclado con las enseñanzas de Buda. No existe exclusión para las creencias y todo aquello que ayude a la espiritualidad de los 127 millones de japoneses será susceptible de ser incorporado.

jueves, 23 de febrero de 2012

La religión ancestral de Japón (3)

El calificativo o nombre Sintoísmo, apareció cuando las vagas y heterogéneas creencias que lo conformaban fueron formalizadas en 1872, dando paso a una religión estatal basada en el culto al emperador, que duró hasta la Segunda Guerra Mundial.

El sintoísmo exaltó el Kojiki (Registro de las cosas antiguas) y el Nihon Shoki (Crónicas de Japón). Estos libros, que se acabaron de redactar a principios del siglo VIII, explicaban los mitos fundacionales y describían los reinados de diversos emperadores desde el año 697 a.C. hasta el 660 d.C., siendo míticos los 14 primeros.

En el ámbito de la política, ambas publicaciones se utilizaron para establecer la divinidad de los emperadores sucesivos. Así, se difundió el principio por el cual Japón, su población y los dioses sintoístas eran todos descendientes del principio femenino Izanami y del masculino Izanagi, padres de la diosa del Sol Amaterasu, a su vez, madre del emperador divino Jinmu, el primero de un linaje imperial ininterrumpido hasta la rendición de Japón en 1945.

En el último capítulo una visión general sobre el credo y los rituales sintoístas. ¡No os lo perdais!

martes, 21 de febrero de 2012

La religión ancestral de Japón (2)

Las antiguas influencias chinas convirtieron el sintoísmo en un culto a los antepasados; se creía que todas las personas, sobre todo los emperadores, se transformaban en kami (espíritus dioses) después de morir. Las diversas comunidades comparten las creencias básicas, aunque con variaciones; las aldeas erigen un santuario para albergar a un dios protector, e incluso los hogares cuentan con un kamidama (estante para los dioses) para las imágenes y efigies.

Como los fieles basan sus creencias en el respeto y la reverencia, más que en la fe y la devoción, el sintoísmo carece de doctrina o moral. El sacerdocio es hereditario y desde él se sirve a la comunidad y se mantiene el santuario.

El santuario sintoísta se reconoce por el torii (pórtico) de la entrada y por estar pintado de rojo y blanco, los colores rituales masculino y femenino. Además carece de imágenes, ya que a los antiguos dioses no se les confirió forma alguna. Los únicos elementos figurativos son las parejas de komainu (leones perro), que suelen alzarse a la entrada para proteger el santuario contra el mal. El zorro (inari), mensajero divino de los dioses, es otra de las representaciones animales características de los santuarios sintoístas.

Próximamente hablaremos de la institucionalización del sintoísmo como religión oficial de Japón.

lunes, 20 de febrero de 2012

La religión ancestral de Japón (1)


En uno de mis primeros artículos hice referencia a la diversidad de religiones que conviven en Japón. El Budismo, proveniente del continente (China) fue incorporado como religión de estado a finales del siglo VI ocupando parte del monopolio espiritual que hasta entonces estaba en manos de la religión autóctona. Siglos más tarde, los jesuitas portugueses y españoles introducirían los preceptos de la fe cristiana en el Japón feudal de los Tokugawa.

Pero, ¿Qué se conoce de la religión primigenia de Japón? ¿Cuáles son sus características? ¿A qué o a quién rinden culto los japoneses?

En los siguientes artículos conoceremos un poco más sobre las creencias ancestrales del pueblo japonés: el Sintoísmo.

Ser sintoísta es sinónimo de ser japonés, ya que casi todos ellos pasan por un ritual sintoísta en algún momento de su vida: los recién nacidos son presentados en el santuario y la mayoría de las ceremonias matrimoniales son también sintoístas.

El sintoísmo, o camino de los dioses, tuvo su origen entre las tribus prehistóricas y en una religión animista que veneraba a los kami, dioses que habitaban todas las cosas bajo el sol, incluido éste. De entre los miles de santuarios destinados al culto sintoísta, sin duda, el más sagrado es el Ise-jingu, situado en la ciudad de Ise (centro de la prefectura de Mie). Un templo dedicado a la principal deidad del panteón sintoísta nipón, Amaterasu o la diosa del Sol.

Ya sea para inaugurar edificios, comercios, fábricas o en el propio santuario, las ceremonias sintoístas sugieren una extremada antigüedad. El sacerdote, al agitar ramas de árboles con hojas hacia los puntos cardinales para mantener alejados a los malos espíritus, es asistido por las miko (doncellas del santuario), cuyos estilizados giros evocan los de un chamán en trance.

En el próximo post hablaremos de santuarios y templos sintoístas.

sábado, 18 de febrero de 2012

La compasión de Jizô: una historia en el infierno

Eh aquí una nueva leyenda sobre Jizô, Dios protector de los niños y de las mujeres embarazadas. Una historia sobre la gran estatua de Jizô que se custodia en el antiguo templo Ken-chô-ji de Kamakura.

Antiguamente, vivió en Kamakura la esposa de un rônin llamado Soga Sadayoshi. Vivía de criar gusanos y recoger la seda. Acostumbraba a visitar a menudo el templo de Ken-chô-ji y, un gélido día en el que fue allí, se le ocurrió que la imagen de Jizô tenía el aspecto de alguien que sufre de frío y decidió hacer un gorro como el que las gentes del campo llevan cuando el sol ya no calienta.

Fue a su casa e hizo el gorro, y cubrió con el la cabeza del dios diciendo: ojalá fuese lo bastante rica como para darte ropa caliente para todo tu augusto cuerp; más ¡ay!, soy pobre, e incluso esto que te ofrezco es indigno de tu divino beneplácito.

Resulta que aquella mujer murió repentinamente en el quincuagésimo año de su vida, en el duodécimo mes del quinto año del período llamado Chiso. Sin embargo, su cuerpo permaneció caliente durante tres días, de modo que sus parientes no permitieron que la llevaran al cementerio. Y al anochecer del tercer día, la mujer volvió a la vida.

Entonces contó que el día de su muerte había comparecido ante el tribunal de Emma, rey y juez de los muertos. Y Emma, al verla, montó en cólera y le dijo: ¡has sido una mujer malvada, y has despreciado las enseñanzas de Buda! Has pasado toda tu vida sacrificando las vidas de los gusanos de seda metiéndolos en agua caliente. Ahora irás al Jigoku (infierno budista), donde arderás hasta que hayas expiado todos tus pecados.

Al instante, unos demonios se hicieron con ella y la arrastraron hasta una gran olla repleta de metal fundido, y la arrojaron al interior de la olla, y la mujer soltó un alarido espantoso. Y de pronto, Jizô-sama se introdujo junto a la mujer en el metal fundido, y este se convirtió en una especie de fluido de aceite y dejó de arder; Jizô la rodeó con sus brazos y la sacó de allí. Y se presentó con ella ante el rey Emma, y le pidió que, por él, la perdonara, en consideración al hecho de que un acto de bondad la había emparentado con él. Así que la mujer encontró perdón y regresó al mundo de los vivos.

Historia sacada de En el país de los dioses. Relatos de viaje por el Japón Meiji 1890-1904 de Lafcadio Hearn.